martes, 31 de diciembre de 2013

RECONSTRUCCIÓN

A veces alguien que no conozco me escribe agradeciendo por algo escrito en el Barullo.

Sólo soy un personaje de ficción que está muy lejos de los sueños que alguien imagina.

Muchas gracias por “reconstruirme la crisma”, escribe una lectora haciendo alusión a un libro que escribí. 

No es verdad, no reconstruí nada. Después de ese libro vinieron nuevos capítulos, y tengo la impresión de estar en tierra de nadie. ¡Me queda tanto por hacer!

No lo logré. Sin embargo, la lectora no estaba echando un piropo, hablaba en serio.

Dios, hazme reconstruir por lo menos una flor. Ni siquiera una orquídea, una flor que se recoge en el campo. Sí, pero tengo un secreto: necesito reconstruir con una urgencia de las más urgentes, hoy mismo, ahora mismo, en este instante.

lunes, 30 de diciembre de 2013

¡LEVÁNTATE Y ANDA!


Joseph Heller escribió (con su amigo Speed Vogel) un libro llamado No Laughing Matter [No es cosa de risa], sobre su experiencia con una parálisis debida a una enfermedad del sistema nervioso. En él habla de las visitas de muchos ami­gos, entre ellos Mel Brooks, que al entrar en su habitación le dijo: «En nombre de Jesús, ¡levántate y anda!». Heller hizo todo lo que pudo, pero fracasó.

Mel Brooks aseguró que al decírselo pensaba que sería como una inyección de energía.

No sé a Manuela, no creo que se sienta pecadora, o al menos pertenece a ese tipo de personas que no tienen conciencia de pecado. Probablemente, en su vida se ha guiado más por la rectitud de intención, y no tiene nada que pese en su conciencia de haber obrado mal.

Yo sí. Para mi la frase del evangelio que necesitaría oír sería “¡tus pecados están perdonados, vete en paz!”, antes que “levántate y anda”.
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Ayer, parte de la familia, en Zárágózá.

 

domingo, 29 de diciembre de 2013

A CUALQUIER SER PODEROSO.


Hace tiempo que la literatura infantil / prejuvenil tiene un público objetivo distinto del que tuvo antaño, que eran los niños. 

Viví ese cambio hace años, cuando pasamos de los clásicos a otros un tanto raretes. Y es porque sus destinatarios son los profesores y padres progres.

Estas historias ya no tienen por qué gustar a los chavales, tienen que gustar al adulto como medio adecuado para transmitirle al joven valores guais.

Por supuesto, un valor guay es que la vida es una mierda.

Son libros transgresores pero en su justa medida, moderadamente rebeldes pero dentro de unos límites, pequeños soñadores con un gran mundo interior pero no por ello antisociales . Todo más o menos sí, pero con matices.

Y en este contexto se escribió Pobby y Dingan, de Ben Rice.

El libro cuenta la historia de Ashmol, un chiquillo más o menos rebelde de un pueblo minero de Australia que tiene que aguantar cómo todo el pueblo trata como reales a los dos amigos invisibles (Pobby y Dingan) de la lunática de su hermana: algunos los saludan por la calle, la madre les pone dos platos en la mesa a la hora de la cena…

Pero un día los dos bichos desaparecen, a la vez que la cría se pone enferma. Así, Ashmol comienza la búsqueda de Pobby y Dingan, al principio con resignación y al final con desespero creyendo que esa será la única manera de salvar a su hermana enferma.

En un momento de la historia , Ashmol, angustiado ante la salud de su hermana pequeña nos cuenta : «Me asomé a la ventana de mi cuarto y recé una especie de oración. Dije algo parecido a esto: “Por favor, que la gente busque a Pobby y Dingan”. Y junté las manos. Cuando acabé aquél rezo, me di cuenta de que no le había puesto dirección, y entonces murmuré: “P.D. Esta oración es para Dios o para cualquier ser poderoso que pueda oírme”.

¡Qué difícil es eso de la fe!

sábado, 28 de diciembre de 2013

EL MODO EN QUE SE ATA LOS ZAPATOS.


Leí una micro historia «del judío que fue al pueblo de Mezeritz no para escuchar al predicador sino para ver de qué modo éste se ataba los zapatos".

Evidentemente, todo era ejemplar en aquel maestro, hasta los actos más domésticos de personas que no sólo predican muy bien de boquilla sino que son ejemplares.

¡Eso es lo que necesitamos!: no somos ejemplares, y nos engañamos con las palabras , la propaganda, el celofán y los gestos demagógicos.

Al final, Lo que nos enamora de algunas personas es, precisamente, “el modo en que se atan los zapatos”.

viernes, 27 de diciembre de 2013

VIVIR PARA LOS DEMÁS.


Acompañar al enfermo desvela lo mejor o lo peor de nosotros mismos, en nosotros, y en el enfermo. Da la medida del valor de nuestros quilates. 

Hay personas que ante la enfermedad huyen como ratas de un barco que se inunda. 

“De ésta no vas salir igual que entraste”, me dice un amigo hablando de la enfermedad de Manuela. “Ni tú, ni ella” . Es verdad. En sólo unos meses me siento distinto. Me escribe un antiguo jefe después de una reunión mantenida por temas profesionales, “te noté muy cambiado para bien”...¿qué quería decir con ese “¿para bien”?...probablemente, que antes me veía insensato, inmaduro, bastante irresponsable. 

A la fuerza ahorcan. 

Escribió Einstein que “comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos”. 

Todo es muy bonito hasta que te toca a ti. He hablado del amor, del dolor, de la alegría, me sabía todas las lecciones, y las adornaba como nadie. Hoy sé que sólo una vida vivida para los demás merece ser vivida. Y lo sé, ¡qué vergüenza!, ahora, cuando caigo en la cuenta que sólo han vivido para mi felicidad.

jueves, 26 de diciembre de 2013

NOCHEBUENA



“Quienes se aman y deben separarse pueden vivir sumidos en el dolor, pero no hay desesperación: saben que el amor existe” (A. Camus). 

Por eso sabemos que el amor es más fuerte que la muerte. ¡Pero ese amor! 

Y saborear que pertenezco, en Manu, a un noble linaje: el que no envidia nada.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

LÁGRIMAS PARA LLORAR CUANDO VALGA LA PENA.


Hay un tipo de llanto bueno y hay otro malo. El malo es aquel en el que las lágrimas corren sin parar y no dan alivio. Sólo escurren y se agotan.

Son lágrimas histéricas, autocomplacientes, un peaje que se acciona para dar pena y pagues para hacerle caso, un vasallaje, , una manera de llamar la atención, sensibilidades enfermizas.

Cuando se está cerca de ese tipo de llanto, es mejor buscar contenerse: no sirve de nada.

Pero no siempre es necesario hacerse fuerte. Tenemos que respetar nuestra debilidad. Entonces, son lágrimas suaves, de una tristeza legítima a la que tenemos derecho. Ellas corren despacio y cuando pasan por los labios se siente ese gusto salado, límpido, producto de nuestro dolor más profundo.

A mi las mujeres y hombres de llorar histérico me repelen.

Que la mujer llore, conmueve, que el hombre llore, conmueve. Son luchadores que reconocen su lucha a veces inútil. Respeto mucho esas lágrimas cuando, además, no se avergüenzan de mostrarlas mirándote de hito en hito, serenos, dolientes, humildes...que no piden nada.

martes, 24 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD.

La amistad nace cuando una persona le dice a otra: "¿en serio? ...¿tu también?: ¡pensé que era el único que le sucedían esas cosas!".

¡Feliz Navidad a todos que hemos descubierto  en  el Pábilo que no somos únicos , ni estamos solos.

Dios no quiere algo de nosotros, simplemente nos quiere a nosotros, para eso ha venido.


domingo, 22 de diciembre de 2013

¿QUIÉN SOY YO...?


"A fin de cuentas, ¿quién soy yo cuando no juego? Un pobre huérfano abandonado en las calles de las Sensaciones, tiritando de frío en las esquinas de la Realidad, teniendo que dormir en los peldaños de la Tristeza y comer el pan dado por la Fantasía. De mi padre sé el nombre; me han dicho que se llamaba Dios, pero por el nombre no me hago idea de nada. A veces, en la noche, cuando me siento solo, le llamo y lloro, y me hago una idea de él a la que pueda amar... Pero luego pienso que no le conozco, que tal vez él no sea así, que tal vez no sea nunca ese el padre de mi alma. (...) Tengo demasiado frío. Estoy tan cansado en mi abandono. ¡Vete, viento, a traerme a mi Madre!” 

Fernando Pessoa en el Livro do Desassossego

HOY EMPIEZA TODO.


Hace unos días un amigo se despidió del trabajo y nos dejó. 

Dolió. Nadie abandona un trasanlántico para navegar con una pequeña barca en busca de un nuevo destino. Muchos piensan que tiene la retirada cubierta, pero no. Sencillamente, se ha dado un tiempo para realizar su propio proyecto.

Lo escribía hace unos días : no se necesita ningún permiso para hacer eso. Todos somos mortales. No esperes a que alguien te diga que tienes cáncer o sida. Empieza a vivir ahora. 

Lo que hizo este amigo es brindarse una nueva fecha de nacimiento.

Los que lo hemos hecho sabemos lo bueno que es tomar ese tipo de decisiones. Son buenas para el cuerpo y para el alma. Porque, además, este amigo estaba jodido. Bien pagado, pero jodido. Bien considerado, pero jodido....había llegado a un cruce de caminos que podía , dependiendo de su elección, estar futut para siempre. 

Hoy, lo sé, este hombre, y su familia, no se enfada consigo mismo ni se culpa por la forma en que sobrevivido y satisfecho sus necesidades.

Todos los síntomas son honorables: le reencaminan, le llevan hacia delante. Lo pasado, ya pasó.

jueves, 19 de diciembre de 2013

¡LO HE VISTO!


Cuando vivía en la religión no me daba cuenta. 

Me habían formado sobre prácticas mecánicas, costumbres que adornaban mi piedad a través de liturgias que no hacía mías. Seguía los dictados de otros, que a su vez repetían los de otros anteriores. Pero nunca conseguí alcanzar eso que se llama “vida interior”, ni lo que se llama “meditar”. Rezaba, sí, como un loro. 

Y en mis meditaciones no conseguía dominar la imaginación. 

Tuve que salir de esa espiral para entender lo mal que estaba. En cuarenta y dos años de vida no había avanzado un ápice en cuanto a mi interioridad. 

Esas prácticas sólo habían conseguido protegerme contra la auténtica experiencia religiosa. ¿Por qué?: porque por su naturaleza misma esa experiencia sólo puede ser personal. Si imitas, si haces lo que hacen los demás, no andas ningún camino. Estás en una Organización, pero no en una vocación, que es búsqueda personal. 

En la religión formal todo está concretado y formulado. Las religiones adornadas y detalladas nos protegen contra una experiencia “fulminante” , de las de verdad, de una búsqueda de Dios que sería , quizás, excesiva para nosotros. 

Hay dos tipos de meditación: la discursiva, y la fulminante, por llamarla de alguna manera. 

En la meditación discursiva, como la propuesta por Ignacio de Loyola, Escrivá y otros, se nos invita a considerar una escena, por ejemplo, la historia de la Crucifixión, y nos animan a imaginar la distintas escenas como se dispondría una escenografía en la imaginación. Escrivá decía “como si la vieses en una película”. 

Esa es la mejor manera para no meditar nada. Eso no es meditación. ¡Y yo pensé que sí! 

El otro tipo de meditación que llamo “fulminante” por ponerle un nombre, nos arroja más allá de todo nombre, forma y concepto. Y desde allí no se puede volver. En sitios en los que este tipo de meditación ha sido practicada largo tiempo, por ejemplo en las órdenes contemplativas, esto lo entienden muy bien. 

Pero si hemos pasado antes por varios años de meditación discursiva, ésta nos sirve como un estado intermediario por el que podemos regresar. Y cuesta mucho desembarazarse de esos tics y se esas tonterías que no llevan a ningún lado, excepto al infantilismo espiritual. 

¿Cómo se camina por esa meditación fulminante?, en el silencio, en el dejarse querer. 

Hay enfermos que también recorren, y en muy poco tiempo, esa senda. Muchos no habían rezado de esa manera mecánica en su vida y, sin embargo, llegan muy hondo, y muy lejos en el amor de Dios de la mano de ese Silencio creador. 

Lo sé, lo he visto, y hoy me doy cuenta.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

¡HACIA LA LUZ!

“En una carta privada, Viktor E. Frankl me escribió las siguientes palabras: «Cuando una situación sin salida no se deja dominar externamente, sólo queda la huida hacia arriba, hacia la autorrealización, hacia el crecimiento interior junto a la situación desesperada en cuya víctima indefensa uno se ha convertido. ¡Por ello, siempre acostumbro a recordar que los árboles que se agolpan en un bosque frondoso están obligados, más que nunca, a crecer a lo alto!»

La cita es de Lukas Elisabet.

Esa misma idea me contó mi padre en un bosque subiendo a los llanos de La Larri, en el valle de Pineta: era tan frondoso el bosque que los árboles luchaban por ascender hasta recibir los rayos del sol.

“Como amante de la naturaleza- continúa Lukas- - , puedo confirmar que, en los oquedales de mi patria austríaca, los abetos más bellos y altos se encuentran allí donde se apretujan tanto que ni los rayos de luz pueden llegar hasta las profundidades del suelo ni los excursionistas abrirse camino a través del bosque.

De la misma manera, como psicóloga, puedo asegurar que las personas más conmovedoras que he tenido la oportunidad de conocer, y a las que profeso una profunda veneración, se encuentran entre las que sufren, y dentro de éstas, entre las que se han visto afectadas por golpes del destino tan bajos que se podría haber pensado que tendrían que haber perdido necesariamente cualquier esperanza. 

Pero ocurrió lo contrario: sumidas en esta situación, empezaron a crecer por encima de sí mismas”.

Es verdad.

Venimos a esta vida a aprender. El dolor es una enseñanza, la pobreza es una lección, el amor...por lo tanto, la vida no es un castigo, es una Escuela. (detalle de "Un joven escolar y su profesor" de Rembrandt.

ESCUCHA.


He oído hablar del arco iris, de las estrellas, del juego de la luz sobre las olas. Me gustaría ver todo eso. Pero mucho más que la vista, desearía que los oídos se me abrieran. La voz de un amigo, los alegres y bulliciosos ruidos del vecindario, las fantasías de Mozart. [...] La vida sin todo esto es mucho más oscura que la ceguera.
HELLEN KELLER.

Cuando alguien a quien amas está en dificultades, escúchale. Cuando te sientes terriblemente mal porque no puedes ofrecer una cura, escucha. Cuando no sabes qué ofrecer a tus seres queridos, escucha, escucha y escucha.

Puedes elegir entre estar ciego, o sordo pero, cada vez estoy más convencido que la ceguera nos separa de los objetos, mientras que la sordera nos separa de las personas.

Haz una prueba. Cuando viajes en el AVE intenta entablar una conversación con tu vecino de butaca. « Hola, me llamo ... soy viajante y voy a Barcelona a lanzar la red, todo lo que entre en ella, es pescado... y usted, ¿a qué se dedica?», durante las horas siguientes esa persona te contará todos sus problemas, como si te los derramara encima.

Y después, cuando el viaje termine, te dará las gracias.

Mucha gente está muy sola y necesita hablar. Y la mejor ayuda es escucharla. Nada más.

martes, 17 de diciembre de 2013

UNA NIÑA.


El propósito de la vida es el crecimiento del alma. Es muy frecuente que vivamos tan despistados que no estemos por esa labor. 

Nos importa más ganar dinero para poder pagar las hipotecas, vestirnos, educar a nuestros hijos, ir de vacaciones, pero la medida de la sanación no es el cuerpo, sino la paz.

Un día la enfermedad nos pone en nuestro sitio, o no...podemos rebelarnos, buscar la curación de mil modos, rezar pidiendo un milagro, acudir a decenas de terapias. 

Y estaremos lejos de lo fundamental: la paz interior.

Y esa paz llega- lo sé porque lo estoy viendo- de la mano de la niñez. 

Lo que más sorprende contemplando un enfermo que acepta su estado es comprobar como, poco a poco, se descubre un niño.

Hoy Manuela es una niña.

lunes, 16 de diciembre de 2013

EL MÉDICO.


Este cuadro se titula “El médico” .

El artista, Sir Luke Fildes, pintó el cuadro en 1891. El día de Navidad había tenido la experiencia de ver morir a uno de sus hijos, y sabía lo que significaba para él «el médi­co». Hoy, ¿cómo se pintaría un médico a sí mismo?...me temo que no en una humilde habitación...probablemente de portada de un dominical.

¿Podríamos titular el cuadro “Demasiado tarde”?. Si observamos a la madre, o a la niña, tal vez...pero el rostro del médico no parece haber llegado “demasiado tarde”. No se rinde.

domingo, 15 de diciembre de 2013

INTÉNTALO.


Si me preguntasen si es posible invertir el curso de la peor de las enfermedades y yo sé que alguien lo ha conseguido, mi respuesta es: «Sí». En el caso contrario, la respuesta es «¿Quieres intentarlo tú?». Esta es realmente la cuestión. 

Si quieres hacer el intento de invertir el proceso de la enfermedad, estupendo.

Haz todos los esfuerzos que te parezcan adecuados para ti en tu enfrentamiento con la enfermedad, sea cual sea.

Insisto: no aceptes ningún veredicto, ninguna sentencia.

Si te vas a sentir culpable en caso de que no se produzca el milagro, entonces no lo intentes. Pero si te dices que ahí está tu hijo, tu ser querido, y que quieres ver lo que puedes lograr, entonces no escatimes esfuerzos, haz todo lo que puedas, hasta ver qué es lo que pasa.

Asume el reto, míralo de frente. Y reza de las muchas maneras que sabemos rezar las personas.

sábado, 14 de diciembre de 2013

COMPARTE


Cuando alguien te hable de la muerte, de su muerte, no cambies de tema.

No te preocupes por lo que va a decir. Escúchale, tócale, acaríciale, muestra lo que sientes.

Comparte tus sentimientos de impotencia, de amor , de cercanía. Admite que no sabes lo que está pasando, que no tienes todas las respuestas. Reconoce que estás desconcertado, a veces impotente ante esa situación. Que tú también sufres.

Cuéntale que te sientes culpable por estar sano, que a veces rezas pidiendo que esa enfermedad fuese la tuya. Que tú también tienes miedo.

Esos sentimientos son normales. Compártelos. Sé muy sincero.

viernes, 13 de diciembre de 2013

UNA CARTA.


"Hola, te escribo porque me lo han pedido el doctor Bernie Siegel y la novia de tu hermano. También lo hago porque quiero. Sé que tienes cáncer de hígado. A mí me dijeron hace más de un año que probablemente me moriría en seis semanas. Pero no me morí. Ni pienso morirme durante mucho tiempo. El consejo que puedo ofrecerte es lo que a mí me dio buen resultado.

Uno, no des crédito a nadie que te diga cuándo te has de morir. Dos, nadie sabe cuándo se morirá otra persona. Tres, el cáncer de hígado no significa necesariamente la muerte. Cuatro, si quieres vivir, lucha por ello. Cinco, apártate de cualquiera que no te apoye en cualquier acción que decidas emprender por ti misma, y eso también incluye a la familia.

Seis, encuentra algo, lo que sea, que de verdad te encante hacer y sumérgete completamente en esa actividad, que se convertirá para ti en una forma de meditación; apartará tus pensamientos de la enfermedad y permitirá que tu cuerpo vaya sanando solo. Siete, si el médico te ofrece un tratamiento y tú crees en él, síguelo. Ocho, cree en ti misma. Nueve, la muerte no es un fracaso; todo el mundo se muere. Limítate a darle una buena oportunidad a la vida. Durante dos años me he sometido a diferentes formas de quimioterapia. Los fármacos en que yo creía me fueron bien, los que no me gustaban no sólo no me fueron bien, sino que, mientras los tomé, los tumores crecieron".

(Fragmento de una carta de una enferma de cáncer de hígado a otra paciente recién diagnosticada de la misma enfermedad)

jueves, 12 de diciembre de 2013

GUIJARROS.


Me escribe un lector sobre “la segunda vida”, hablando de lo que ha hecho la gente impulsada por un cáncer, una enfermedad cardíaca o un accidente. La verdad, no creo que la gente necesite una segunda vida, sino que viva ésta, la que tiene ahora.

La vida es una oportunidad para que cada cual haga, a su manera, su contribución de amor. Sé que suena cursi, pero me da igual a qué suene, porque esa es la verdad. No estamos hablando de frases de políticos idiotizados por asesores cínicos...”la Tierra es del viento”...o reclamos publicitarios navideños de celofán y “vuelve a casa por Navidad”.

Encuentra la vocación que -estoy seguro- llevas en tu interior para nutrirte de ella, y que después usaras esa fuerza y esa energía para vivir plenamente.

Deja que el río de tu vida fluya libre y profundamente. De crío mis padres nos llevaban al campo a pasar los domingos. Les gustaba mucho ir cerca de un pueblo que se llama Ontinar de Salz, a la orilla del río Gallego. Allí comíamos y pasábamos horas con mi padre tirando guijarros al río , a ver quién hacía más botes en la superficie.

Yo era un crío, y envidiaba la facilidad con la que mi padre lanzaba esas piedras pulidas y planas deslizándose por el agua, planeando en saltos maravillosos. Y en cada salto se producía un efecto prodigios:ondas expansivas que se extendía hasta la orilla...¡decenas de ellas!.

De eso se trata: que tus guijarros caigan a la superficie y nos alcancen a todos.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

UN CRUCE DE CAMINOS


No me cabe la menor duda que Manuela tiene una vocación de enfermera . Es algo natural en ella, es feliz, nunca le oí quejarse de condiciones, nunca cogió una baja, sentía una atracción por el débil, el pobre, el ignorante. No le hacía ascos a nadie...salvo a los prepotentes, orgullosos, ya fuesen médicos, o pacientes (que los hay)

No se imaginaba faenando en otras labores. Era una vida completa. Le gusta hablar mucho de “ la sanación por el alma”. Podría contar muchas anécdotas en ese sentido.

La vida es un dolor de parto, que vale la pena si podemos darnos a luz a nosotros mismos. Me da que ella está descubriendo ese dolor de parto de su enfermedad.

La mayoría de las personas , en cierto sentido, han muerto para mantenerse vivas. Estoy hablando de convertirse en alguien que no se quiere ser, a causa de la presión de los padres o de otras figuras de autoridad, de convertirse en médico, maestro, fontanero o ama de casa, o pitar porque están en campaña y hay que hacer caja...aunque ni el trabajo ni el papel , con el tiempo (muy poco tiempo) tengan significado para uno.

¡Ay!, entonces, un día, nos dicen que sólo nos queda un año de vida. A algunas personas, descubrir que son mortales les da, finalmente, permiso para vivir su vida. Entonces es cuando el maestro deja su trabajo y se muda a la orilla del mar, cuando el médico se compra una mesa de carpintería y trabaja la madera, el militar se empeña en la jardinería, el ama de casa vuelve a la universidad, el banquero se matricula en la Escuela de música y el fontanero se hace escultor.

Dejan que muera su falso yo para dar nacimiento a lo que verdaderamente son. Para eso sirve la enfermedad, si quieres.

Uno puede suicidarse sin dañar su cuerpo.

martes, 10 de diciembre de 2013

COMPARTIR.


A la pregunta de por qué razón mantengo este Pábilo, la respuesta es “necesito compartir todo lo que está sucediendo”.

No es terapia, que sí, ni una especie de técnica que me sirve para exteriorizar todo lo que bulle dentro en el día a día. Es porque cuando compartes lo que hay en tu corazón, los demás también lo hacen contigo y te ayudan.

Llegas a ser más independiente, porque eres capaz de aceptar ayuda y sabes que estará allí cuando la necesites. ¡Cuánta gente anda por la calle herida de soledades incapaz de compartir su corazón roto, su vulnerabilidad!. ¡Si fuera tan fácil como cuando nos cruzamos con una persona ciega, o escayolada de una pierna, o en silla de ruedas que ves que necesitan ayuda!.

Pero un corazón roto no tiene señales, al menos no todos sabemos percibirlas. Quizás están solos porque tienen miedo de que los demás no les entiendan, o que les hagan daño.

Hace poco más de un año conocí un ex numerario como yo (me refiero a años de vida allá dentro, quizás diez más que yo). Había rehecho su vida, había formado una familia. Le diagnosticaron una enfermedad grave que debían de operar de manera urgente e inmediata. Coincidimos en un video club y allí me contó su situación. Me sorprendió que me pidiera “por favor, no se lo digas a nadie, ya sabes que estos temas allá dentro los ponen como ejemplo de “ya veis lo que sucede cuando uno da la espalda a Dios...”.

Le entendí. Le entendí en parte, pues sé lo que se escribe sobre los que pusieron la mano en el arado y después abandonan. Pero como no comparto esa manera de ver la vida, tan miserable, de los elegidos, pues que les zurzan.

Ese hombre, gran persona , que ha hecho tanto, y sigue haciendo por los demás, tenía miedo a que le hicieran daño, a que estuviera en boca de los “buenos”.

Escribir el Pábilo es un recurso donde hay gente que puede responderme. No he de usar una y otra vez a la misma persona, o a mi familia. Te creas una red de personas que te ayudan a mantener tu independencia. Y lo haces también por ellas.

Y el que no lo entienda así, que le den pol culo, que decimos los maños cuando nos enfadamos.

lunes, 9 de diciembre de 2013

PAN DE RANA.


La E.L.A. no sabemos hacia donde derivará, pero aquí estamos, andando con ella.

Recuerdo en un centro especial en Tarragona cómo un joven artista tetrapléjico sujetaba el pincel con la boca para crear belleza y amor. Antes de su accidente ese hombre vivía muy lejos de la belleza y el amor. Sencillamente, llevaba una vida absolutamente primaria, casi instintiva: se despertaba, desayunaba, trabajaba, cenaba y se acostaba. Los fines de semana se desfasaba con sus amigos, y en vacaciones viajaba para pasarlo bien.

También conocí una mujer que padece una parálisis cerebral y no puede controlar ninguna parte de su cuerpo. Para que logre escribir una carta han de atarla a una silla y amordazarla con el fin de que no se caiga ni babee sobre el ordenador. Entonces puede mecanografiar con la nariz sobre el teclado. Y he visto una tarjeta de Navidad en la que escribió: «Pasemos la Navidad con Jesús, ayudando a seres menos afortunados que nosotros».

Las personas como ella no nos inspiran porque sus desdichas hagan que las nuestras nos parezcan menos graves, sino porque nos dan una lección de kilates. La cuestión no es quién tiene el peor problema; todos tenemos problemas, y al afrontarlos podemos inspirarnos los unos a los otros.

La cuestión es qué cojones hacemos tú y yo con todo ese maravilloso caudal interior que lo tenemos empantanado, pudriéndose en pan de rana.

domingo, 8 de diciembre de 2013

ASUNTOS PENDIENTES.

No lo escribo por mi, lo hago porque puede ayudarte...

Una noche , estando yo en Valladolid, me comentaron que mi padre, enfermo terminal de cáncer, estaba en una crisis fatal y que podía no salir de ella.

Le llame y le dije todo lo que tenía pendiente de decirle. No nos habíamos tratado mucho durante años, y no fue fácil nuestra relación durante algún tiempo. Al dejar la obra pensé que a aquel hombre, tan recto, le defraudaría.

Sin embargo, me equivoqué. Nadie ha querido más en mi familia a Manuela que mi padre. Y sé que decía de mi “¿pero cómo ha encontrado este tío una mujer así?".

Mi padre callaba mientras le decía unas verdades que, con emoción entrecortada, le iba desgranando. Era darle gracias, y pedirle perdón.

Y ya , llevado de una emotividad desinhibida por la distancia, o por no sé qué, le dije “papá, cuando estés en el Cielo le dices a la Virgen que la quiero mucho, que no me deje..."

Mi padre exclamo un “¡¡¡halaaa!!! desgarrado por la emoción, y colgó emocionado sin despedirse. Yo me eché a llorar en medio de la calle a moco tendido.

No murió de aquella, y nunca más volvimos a hablar del tema cuando nos vimos.

Pero yo había dicho lo que quería decir.

Subsanar relaciones rotas no es importante sólo para la persona moribunda sino también para los supervivientes, que quedan jodidos para sobrellevar la carga de los asuntos por resolver.

El mayor obstáculo para superar y recuperarse del dolor sigue siendo “lo que no se dijo y lo que no se hizo”. La joven esposa que nunca pudo disculparse por las broncas llevada de sus celos; el padre que nunca le dijo al hijo lo orgulloso que estaba de él; el hermano que nunca le dijo a su hermana que la quería...

Desde el punto de vista del paciente, y de los acompañantes, éstos son asuntos inconclusos que necesitan resolverse. Es más que “morir con la conciencia tranquila”. Es tomar los pedacicos de la vida y formar un todo, terminar el tapiz, escribir el último renglón, leer el final del libro.

viernes, 6 de diciembre de 2013

¡¡¡BIENVENIDA!!!




Hace dos días que naciste, Carla. Y hemos ido a darte la bienvenida.

No sé si eres guapa- ¡eres tan pequeñaja!- pero nos has hecho tan felices.

En esta foto lo único que te dije es “¡bienvenida!. Porque has venido a la mejor de las familias: enamorada, humilde...¡y tan esperada!

Estás con quien tienes que estar, ya lo verás....¡Ya lo estás viendo!

Naces en un mundo sencillo y bueno.



Manu, que te tiene en sus brazos con tanta ternura, es tú...no sé, puede ser tu tía, tu madre, o tu hermana.

Ya te contarán un día quién es Manu en tu casa.

¡Bienvenida!,

UNA ORACIÓN.


Hace unos días le pedí a un religioso que rezase por Manuela.

El hombre me miró con ojos escépticos y cansados y me preguntó si yo tenía Fe. Me sorprendió la pregunta .

- Sí, no mucha, pero la tengo. 

- ¿Y esperas un milagro?. 

- Sí, pero no sólo el de su curación, hay otros milagros que se pueden dar, por ejemplo, en mi. 

- Es muy personal esto de la Fe- reflexionó- tal vez sea yo el que te tengo que pedir que reces por mi. 

Y lo voy a hacer.

Ese hombre, me temo, vive en el desencanto y, quizás, instalado en el miedo. Tiene 78 años.

Jesús, alivia el alma del Hermano X.... haz que sienta Tu mano en la suya, que sienta que la muerte no existe porque ya estamos en la eternidad, que sienta que amar es no morir, que la entrega de sí mismo no significa la muerte.

Que sienta una alegría modesta y diaria.

Ayúdale a que no Te haga demasiadas preguntas, porque la respuesta sería tan misteriosa como la pregunta. Que se acuerde de que tampoco hay explicación de por qué un hijo quiere el beso de su madre y ese beso es perfecto.

Que reciba el mundo sin miedo, pues fuimos creados para este mundo incomprensible y nosotros mismos también somos incomprensibles, pero esta conexión no es clara para nosotros cuando queremos entenderla.

Bendícelo para que viva con alegría el pan que come, el sueño que duerme, haz que tenga caridad por sí mismo, pues si no, no podrá sentir que Dios lo amó, haz que pierda el pudor de desear que en la hora de su muerte tenga una mano humana para apretar la suya.

Y hazle entender que eres un Padre bueno, está muy asustado.
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Ayer, en Madrid,¡seguimos avanzando!

 

jueves, 5 de diciembre de 2013

LA TORMENTA




Es sobrecogedor este cuadro de Rembrandt, “Tormenta en el Mar de Galilea”.

Muestra cómo las olas y el viento zarandean la barca en la que viajan Jesús y sus discípulos.

El maestro de la luz divide la escena en dos ambientes. La mitad de los discípulos se entregan denodadamente en la proa, iluminada por el reflejo de la luna sobre el mar, a la tarea de tensar las jarcias y otros aparejos para dominar las velas y hacerse con el control de la embarcación.

La otra mitad rodea a Jesús en la penumbra de la popa, ora instándole a actuar, ora aguardando pasivamente su decisión de imponer o no la calma sobre la naturaleza desbocada.

Para algunos ahí está la frontera entre los tiempos antiguos en los que los griegos se arrodillaban ante los vientos invocando la misericordia de los dioses y la edad moderna en la que el hombre ha dejado de estar «pasivo ante la naturaleza» y ha pasado a gestionar el riesgo inherente al propio concepto de civilización y progreso.

Pero Rembrandt cuando pinta guarda muchos secretos. El cuadro no sólo refleja esa divergencia entre quienes tratan de dominar la tormenta y quienes se dejan llevar por ella, sino también los distintos grados de respuesta emocional ante la sensación de peligro, pues en ambos grupos hay quienes tienen la angustia pintada en el rostro y quienes afrontan el desenlace con serenidad imperturbable.

Jesús está sereno, junto a Él unos esperan su Palabra, y otros, acojonados, luchan.

Luchamos Manuela y yo enfrentándonos a la galerna desatada...y Jesús, que haga lo que quiera.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

DOLOR

Hay personas que tiene por enfermedad la mala conciencia. Y hay quien acude al psicólogo para que le cure de esa mala conciencia, o el sentido de culpabilidad. En realidad lo que es una enfermedad es no poder tener mala conciencia, o sentimiento de culpabilidad, sobre todo si se tiene culpa. También es una enfermedad y un peligro para la vida no sentir dolor: el dolor es una señal al servicio de la vida

martes, 3 de diciembre de 2013

INSOMNIO


Han cambiado los hábitos domésticos debido a la medicación de Manuela. A las 9 de la noche estamos ya planchando la oreja.

Duermo con facilidad, pero también despierto a horas muy madrugadoras. En ocasiones tengo insomnio.

¡Cuántas veces el insomnio es un don!. De repente despertar en medio de la noche y tener esa cosa rara: soledad. Silencio. Sólo el tecleo del ordenador mientras escribo, o los golpes que le doy a la pantalla del Kindle para pasar página (un poco paleto, sí, pero es así). Y bebo café con gusto, todo yo solo en el mundo. Nadie me interrumpe la nada. Es una nada a un mismo tiempo vacía y rica.

Después va amaneciendo. Las nubes aclarándose bajo un sol a veces pálido como una luna, a veces un amanecer acerado, otras llueve. Estas noches hiela. Levanto la persiana y abro la ventana de mi despacho para que refresque el relente y despeje el pestazo a tabaco antes de que aparezca Manuela, y estreno el día.

Ese aire fresco es mío, el sol es mío, la tierra es mía. Y me siento feliz por nada, por todo. Hasta que, como el sol que sube, la casa se va despertando y está el reencuentro con los sonidos familiares cotidianos...el lloro de Paulita, la vecina, el subir impetuoso de la persiana del cuarto de Manuela, el maullido de Tía Carmen , la gata, el sonido del bajar los escalones de alguien, un coche que sale del garaje y cruza delante de casa...

lunes, 2 de diciembre de 2013

EL GRAN SILENCIO


Son pocas las personas que en propiedad pueden decir “vine al mundo”: los astronautas que salieron de esta Tierra y regresaron.

Los demás no sabemos de donde vinimos. Hay muchas teorías, unas más sentimentales que otras, algunas realmente de una explicación frigorífica. Aunque me engañe, me agrada pensar que Manuela y yo estábamos destinados a conocernos, y no pensar que somos espematozoides y óvulos, adn's, células y puro azar.

Tiene que haber otro sentido en esta vida, si no, ¡vaya mierda!

Que no sepamos de donde venimos no indica nada.

Sabemos que la Tierra es azul porque alguien desde el espacio la vio, la fotografió, y nos lo contó...nadie antes nos había visto desde esa distancia.

Pero a la alegría de ese astronauta que regresó contando nuestro color le falta algo: poder compartir esa experiencia con alguien que también haya visto lo mismo. Es triste ver algo tan maravilloso y no poder compartirlo y renovar esa maravillosa visión.

Porque “haber visto” no es sustituible por ninguna descripción, ni siquiera con una fotografía, por muy buena que ésta sea (tampoco es lo mismo ver “Las meninas” en el museo del Prado, que en una fotografía...y ya no digamos verlas en el lugar que dispuso Velázquez.: “haber visto” sólo se compara con “haber visto”.

¿Quién no ha tenido la experiencia de haber ascendido al Aneto, sin tomar fotos de la excursión, y sólo al cruzarte con alguien que también subió al pico compartir el recuerdo que nos une?. Hasta ese momento todo queda en nuestra memoria y nuestra sensibilidad oculta a ojos que no entenderán qué es eso de subir al Aneto.

Hasta que otro ser humano también hubiera visto, yo tendría dentro de mí un gran silencio, aun cuando hablara.

Supongamos que alguien en el mundo ya haya visto a Dios y nunca haya dicho una palabra. Pues, si ningún otro lo vio, es inútil decirlo....

Pero todo ese gran silencio que nos rodea, no demuestra nada...todavía. Y ante ese Silencio , me quedo pensando que todo este camino es personal e incomunicable, pero nada frío.


domingo, 1 de diciembre de 2013

UNA OBSERVACIÓN.

Hay un tema que sucede con ciertos enfermos que no parecen enfermos, como es el caso de Manuela, ( si exceptuamos su forma de hablar).

Con frecuencia termina cuidando de los que vienen a visitarle. Y, sin embargo, están agotados.