Mi memoria se nutre de los besos que me diste, de las miradas que te bebí, de las noches de insomnio comiéndonos a bocados la madrugada.
De las mentiras que te dije, de las lágrimas, de los lo siento por tanto olvido.
Mi memoria , que es mirarte mientras duermes y susurrarte te quieros.
O reírnos a carcajadas por un pedo atravesado y de una sonoridad espléndida.
En tu arca de Noé metiste a este bicho, y le enseñaste a estarse quietecio escuchando cuarenta días de lluvia.
¡Bendita tú, Manuela, entre todas las mujeres!
Un silencio emocionado para este poema salido de tu corazón enamorado. Un beso y que tengas un buen día.
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