He vivido hasta hoy en la completa
inopia, feliz y con una inconsciencia maravillosa.
Y he tratado que los que conmigo se han
cruzado en mi camino compartieran esa manera de ver la vida.
Pero, ¡ay!, nunca amé hasta que me
dolieras tanto.
¿Quién dijo eso de que “lo más
triste de Dios es que no puede creer en Él? Y lo más triste de tu
dolor es que no lo puedo compartir.
Hoy te escribí “esta batalla la
vamos a ganar”, y contestaste “Dios te oiga”.
Bueno, pues a pesar de todo, de este
golpe, de tanto dolor sordo, ciego, absurdo, innecesario. Aplastado
por el silencio de un sinsentido de ese Dios que también está
solo, tan solo, que no cree en Él. A pesar de todo eso, le pido una
gracia.
¿No te das cuenta , Dios, que sin
nosotros no eres Nadie?...¿qué te cuesta posar tu mano sobre su
garganta y sanarla sólo unos cuantos años y dejarla madurar ?.
Además, Tú no puedes decir “¡gracias
a Dios!”...¡deja, Hombre, que te lo podamos decir!
Creo que a esta entrada le sobraba un
Jack's Daniels...
No le sobra nada, Suso. Un abrazo
ResponderEliminarComparto tu reflexión y te acompaño con otro Jack's Daniels.
ResponderEliminarsin palabras. Os envío un abrazo caluroso y un fuerte besazo
ResponderEliminar....estamos con vosotros
ResponderEliminar...estamos contigo
ResponderEliminarMe estoy tomando uno doble a tu salud.
ResponderEliminar