Leo una especie de autobiografía donde
el autor hace una admirable y sencilla descripción de Nueva
York...”he vivido en la ciudad de Nueva York casi toda mi vida. Y
me sigue encantando: sus restaurantes, el ritmo de la ciudad, la
gente. Y esos perritos calientes de los puestos callejeros… son
increíbles. Sí, me encanta comer, para mí es uno de los mejores
placeres de la vida, junto con una buena conversación, mis deportes
favoritos y los buenos libros.
En fin, que no hay otro sitio en el
mundo como la Gran Manzana. No tengo ninguna intención de marcharme
de aquí. Nunca”.
Me ha llegado muy dentro esta
consideración. Para mi , Valladolid sólo tiene sentido con Manuela.
Esta ciudad se llama “Manueladolid”. Sin ella me encontraría
desarraigado. Y sólo me quedaré aquí con ella.
Lo de Nueva York (nunca he estado, lo dejo para saborearlo un día.... si llega) me recuerda a uno de mis versos favoritos, de Whitman.
ResponderEliminarDo I contradict myself? Very well, then I contradict myself: I am large, I contain multitudes.
¿Me contradigo? pues muy bien, me contradigo, es que soy enorme, contengo multitudes.
Esto es lo que pensé hace un par de días cuando alguien escribía que la vida es gris: la vida como dilema (dos soluciones, blanco o negro) o la vida como problema (sin solución, no como en un "poblema" de mates -como decía el profe de La Farga, Rovira creo que se llamaba).
Un beso muy fuerte para los dos, ánimo y aliento. No hay palabras.
Me pasa lo mismo con la innombrable... entonces me convierto en un hortera.
http://www.youtube.com/watch?v=FgwPPdMu3uA
Pero es tan bonito amar, querer, desear, acariciar. Te quiero. Os quiero.
Para vivir o para visitar. Esa es la diferencia. Viajo mucho, y volvería a Nueva York, y a Paris, y a Viena, y a Buenos Aires, y a....... pero vivir, lo que se dice vivir, no lo haría en ninguna de estas maravillosas ciudades, sino donde estuvieran Gabriel y los niños. Si no estuvieran, no puedo ni imaginarlo, no tengo muy claro, quizás si con mar, y sin frío.
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