Desde que diagnosticaron la ELA a Manu me ha sucedido algo que
echo de menos: en cada cambio de estación caía enfermo por una
gripe, un resfriado, un catarrazo, o un algo.
No sé la razón. Parece que la enfermedad ha creado una tensión
instintiva que me tiene en estado de alerta. Es como si estuviera a
la defensiva de una manera inconsciente.
Las circunstancias han cambiado y algo dentro de mi dice “no, tú
no, ahora no”.
Todas las personas necesitamos atravesar dificultades para
fortalecernos. Si todo resulta fácil, nos acomodamos. Para avanzar
necesitamos retos. Para impulsarnos necesitamos presión.
En los momentos difíciles es fácil caer en la desesperanza. Hay
dos reacciones:
O bien nos bloqueamos o salimos huyendo. Eso también lo hacen los
animales cuando intuyen un peligro que no ven.
A mi cuerpo le dio por estar alerta.
(Ya veréis como mañana me engripo: por escribir esta entrada)
¡Cómo te vas a engripar, Susín! ¡Si hace buenísimo!
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