De
Manuela, y de más gente que conozco de cerca, me asombra la
capacidad de resistencia que tiene al dolor, al sufrimiento, a
sobreponerse a los obstáculos que la vida presenta.
No
me refiero a la enfermedad exclusivamente. Es dura.
Y
es gracias a una educación que tuvo de bien pequeña. Su madre fue
mujer- es, que aún vive- de una mala salud de hierro, y durante
años Manu fue educada en casa de sus tíos, en el mismo pueblo,
mientras Josefa luchaba con sus enfermedades.
Tuvo
, sin darse cuenta, ni ella ni su familia, una educación guiada y
acompañada de mucha gente. Esto los de los Cursos de Orientación y
Escuela de padres ni lo huelen, y es la esencia de la educación. Los
mayores — bisabuelas, abuelas, tíos, primos, hermanos, padres, vecinos, maestros—
implicaban en sus labores a Manuela. Participaba de los trabajos de
la casa, acompañaba en verano a la siega, correteaba en las
matanzas, colaboraba haciendo tareas domésticas...se aprendía por
participaciones guiadas.
Y
las cosas se hacían porque había que hacerlas. Por eso Manuela es
dura, y por eso es tan familiar, y tan de lo suyo, y de los suyos.
Esas
personas que le acompañaron en su infancia tejieron alrededor de
ella una red de apoyo, no sólo educativa sino afectiva, que ha sido
después de gran utilidad sobre todo en momentos difíciles.
Si eres buena cocinera
ResponderEliminarPorr
porrompompon Manuela
Interesante el análisis. En mi casa pasa algo parecido.
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