Ayer falleció un buen amigo. Un
hachazo imprevisible.
Duele. Ayer se lloró mucho. Ayer hubo
que volver a empezar. ¡Cuando estaba todo encauzado y luchaba de
una manera ejemplar!
¡Dios!, ¡un respiro, coño!, que la
senda viene con una pendiente que necesita un rellano, y una brisa
que permita parar un poco, ponerse en jarras , y contemplar el
paisaje.
Siento la muerte de vuestro amigo. Pido ese respiro para vosotros, como tu pides a Dios . Yo, por el cariño que os tengo, os lo concedería. Esperemos que Dios así lo haga. Cuando llegue, nos lo comentarás? Los que aquí te leemos, compartimos todo con vosotros. Buen día Suso y un fuerte abrazo a los dos.
ResponderEliminarOs deseo lo mejor. ¡Fuerza! ¡Animo!
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