Cada uno expresa su dolor como puede.
Cada uno es como es.
No quiero parecer desagradecido, no lo
soy, pero entiendo mi dolor de una manera, no sé como explicarlo,
muy mía.
El blog me ayuda a contar un proceso
que estoy viviendo, lo escribo para mi, y para todo aquel que pueda
ayudarle. No hay pudor. Aquí están mis dudas, mis miedos, mis
tentaciones, mis blasfemias, mis oraciones...¡todo!.
Escribo desde muy lejos, y desde muy
dentro.
Sin embargo, no necesito compartir
estas mismas sensaciones a nadie cercano. El buey solo bien se lame.
En la distancia corta no busco la compañía. Quiero estar solo con
mis cosas porque no necesito , de momento, ese tipo de compañía.
Esa es la razón de que no te llame a ti, seas quien seas, o de que
diga cualquier escusa para eludir la cita desinteresada de un amigo
que me ofrece su compañía. . Me dices – me refiero a un tú que
puede ser cualquiera que me lea- que yo también necesitaré un
hombro donde apoyarme, una oreja de guardia, que debo de estar con
una presión que por algún lado tendrá que desahogarse.
Lo entiendo, y lo agradezco. Pero no es
eso lo que hoy necesito.
No sé....rumio esta situación, tan
personal, que no esperábamos. Quiero estar solo de vez en cuando.
¡Ha venido todo tan de sopetón!
Es como a Simón de Cirene, que pasaba
por allí- no estaba mirando el espectáculo de un Jesús con la cruz
a cuestas- y de repente un soldado le dice, “tú, ayuda a éste a
llevar la cruz que a este paso no llegamos ni de coña. ¡Venga,
coño!”.
Fue “forzado”, dice el evangelio.
Imagino el cabreo del tío. “¡Su
puta madre!”- pensaría- ¿pero por qué cojones habré venido por
aquí?”.
Y allí estaba el tío, en medio de un
follón que a él ni le iba ni le venía.
Y a mi, no sé qué hijo de la gran
puta me fuerza a que acompañe a llevar la cruz de Manu, a comerme
un marrón inesperado.
Pero bueno, ya que estamos, subiremos
hasta arriba la cuesta.
Otro abrazo...
ResponderEliminarEstar leyéndote en una página web me está levantando el ánimo, tras pasar el via-crucis por el que me han hecho pasar.
ResponderEliminarTe agradezco tu maravillosa simpatía y gracia.
Aparte, estoy convencida que te conozco, tras mi paso por Barcelona y Sevilla.
María.
pues eso, será como tu quieres que sea, faltaría más. Estoy convencida que el día que necesites algo más presencial, no te faltaran hombros ni oídos.
ResponderEliminarTe escucho, aguilucho.
ResponderEliminarGracias por explicarlo; para los que te leemos, es ya una forma de estar ahí. Que "sepis" que nos tienes a tu lado.Un fuerte abrazo!
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