Algunos somos un don Nadie. Vivimos de las rentas de nuestra forma de ser, que dicen es comercial y simpática. Algunos nos definen como alguien con la cara más dura que un zapato.
De mi diré que no sé exactamente hacer muchas cosas, y las que sé hacer no me suponen ningún esfuerzo: leer, escribir, cantar, pasear, tocar la guitarra, charlar...soy, pues, barato. Muy barato.
De algunos vicios me estoy quitando: se lo prometí a Manu y cumpliré mi palabra.
También me quité de aventuras afectivas que me han llevado por la calle de la Amargura, a veces. Otras no. He vivido desordenadamente y con una intensidad moral extraviada. He sido persona atormentada en amores.
Con Dios , aunque intenté llevarme bien, creo que tengo alguna cuenta pendiente.
O Él conmigo. Ya lo arreglaremos-
Sé que he cambiado, más o menos, y que presumo de vivir una vida corriente, sin sobresaltos, pequeña y familiar.
Pero, seamos sinceros, me lo repito tanto, y lo he escrito de tantas maneras distintas, que es porque sé que no es necesariamente verdad. Al menos de una forma total. Me lo repito porque al publicitarme insistentemente en esa idea pienso que terminaré consolidándola.
No me fío de mi. Todavía no. Sigo siendo el que fui, lo noto dentro, está allí, larvado, palpitante, agazapado.
Conozco mi motor vital, y es que quiero ser el mejor Suso que pueda llegar a ser. No está en el dinero, ni en la vanidad, ni en sexo, ni en el reconocimiento exterior. Está centrado sólo y exclusivamente en esta idea: quiero ser mejor persona. Quiero, por lo menos, estar a la altura del amor que vive conmigo.
Y este es el problema: ¿quién soy sin Manuela?
Escribo esto para ti, si eres igual que yo, que sintonizas y simpatizas con esta manera de ser. Tú, que también te estás quitando de cosas que sigues haciendo , cosas que no van, y cuando haces cosas que están mal, sabes que están mal, y lo reconoces.
Y sabes que, quizás, vuelvas a caer, por eso te repites tantas veces que lo has prometido, a ver si así puedes de una puta vez vivir esa vida que tanto anhelas.