Madrugué , como todos los días.
Anduve la playa y vi amanecer. Lo olí, lo canté, lo toqué, lo escuché...aquí se reza.
Me encontré con un viejo pirata. Un tipo simpático de esos que tienen un velero bergantín, y que te cuentan historias de islas con tesoros ocultos, y planos robados que esconden en el escote de una cantinera que se parece a la mujer que amas.
Este llevaba tatuado en el brazo un nombre extraño: Manolo.
No le di más importancia. Desconozco las costumbres de esta gente, y mejor no preguntar.
Entonces me dijo, "date la vuelta".
- ¿Perdón?- pregunté.
- Que te des la vuelta...¡qué amanecer más bonito!. Me recuerda al que vi en una isla en las Antillas con Manolo.
- ¿Manolo?
Qué foto tan divertida... que pases buen día!!!! y saludos de mi parte al pirata.. se le ve un hombre muy interesante.
ResponderEliminarBesos a los dos! ( perdón, a Manu y a ti)
Ver amanecer en el mar, o en la playa, es inefable.
ResponderEliminarLas fotografías no responden a la verdad de los colores de esas horas. El azul oscuro del cielo cuando está a punto de amanecer no tiene parangón.