Las tardes en casa son de silencio.
Salvo los silbidos de los wasaps que nos enviamos , ¡decenas!:
nuestra casa parece una granja de amimalillos silbadores.
Una pincelada de más puede estropear un cuadro. Una sola palabra
de más puede destrozar un poema, una hermosa historia de amor. Una
mirada de más puede ser una bala. Un día cualquiera se nos regaló
la belleza hecha de casualidades, de silencios, de recuerdos: el
silencio está lleno de momentos felices: cada uno tiene los suyos.
Ayer salí a andar y le envié muchos wasaps...este fue uno
Aquí voluntaria para ir cambiándote la bombona de oxígeno.
ResponderEliminar¡Genial! ¡Ánimo! Y muchos besos a los dos.
ResponderEliminarRespetemos pues, al menos hoy, ese vuestro sonoro silencio.
ResponderEliminar¡Pero la foto es simpatiquísima!
(Suso, si no lo digo, reviento)