Estaba el campo despertando al verde que se cosechará pajizo en agosto. Le queda poco a esta primavera para alcanzar ese algo dionisíaco que despierta en el alma de los que estamos tronados. Pronto la exaltación de la naturaleza será prodigiosa.
De momento, se viste la tierra de flores muy humildes que nacen en sus lindes: amapolas, margaritas, lilas, retamas...¡qué belleza tiene lo pequeño cuando se viste de sencillez!
Es una belleza virginal, femenina, concentrada.
Dentro de unos días todo esto será un cafarnaum de colores, olores y fiesta para la vista y los oídos.
Se escucha el trino de los pájaros, el eco de la campana de Ciguñuela, el zumbido de los abejorros que revolotean sin propósito aquí y allá.
De repenete, depronoto, como si fuese un descuido de la naturaleza, veo ante mi un campo florido de amapolas. Un paisaje moteado de unos pétalos rojillos de una pureza deslumbradora.Es un vaho acarminado que toca el aire y le da porosidad a ese verde que lo enmarca.
Pasan dos ciclistas y les pido que me hagan una fotografía.
- Pues debe de ser el único campo de amapolas de esta zona- me dicen.
Regreso y envío unas fotos a Manu por watsap.
"¡Qué bonitos están los campos!", escribe.
"Nada que ver contigo", le contesto.
A mí me dice eso mi sosomán y le hago macarrones para comer. En serio.
ResponderEliminarPasame el vermellon.
ResponderEliminarY el granate.
Ya puestos, el carmesi.
...
Abreme los tubos, corazon.
Y el pincel del numero cinco.
...
Esa hoja nos servira, es muy grande.
Extiende los colores, pero sin mezclarlos.
Aivo, menuda virgueria de pincel, es finisimo.
...
Dale !
Ahora dale sin miedo, corazon de melon !
...
Como si fuera lo mas importante que va a pasar hoy.
Inspirada contestación de un poeta enamorado. Yo celebraría la primavera contigo con un coktel de esos ricos ricos...
ResponderEliminar¡Pronto toda esa espera eclosionará!
ResponderEliminar¡Promete esta primavera!
Yo soy de bici, y me ha gustado esta entrada que también disfrutamos en el sur.
Precioso lugar!! Suelo ver esos campos cuando bajo a Palencia en el coche de línea, y me dan unas ganas enormes de bajar del coche y perderme por allí.
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