miércoles, 31 de julio de 2013

¿QUÉ SERÁ DE MI?.


Esta mañana fui a sacar dinero del cajero. Al abrir la cartera donde tengo las tarjetas, el DNI, la Solred...se cayó al suelo la fotografía que llevo donde salgo con Juan Pablo II. Encima, de cara.



Rompí a llorar apoyado en el cajero.

Parecía que me estaba diciendo “¡hey, ¿te has olvidado de mi?...¡estoy aquí, contigo!”.

Me cuesta muchísimo creer en nada.

Han venido a casa Henar y Coral, esas amigas , enfermeras como tú, que te quieren tantísimo. Algo sabéis del dolor.

Nos fuimos a tomar unas cervezas y echamos unas risas.

Me hice el propósito de no llorar más delante de ti. Me beberé las lágrimas con pan, a solas. Siento que me toca representar ese papel. Te has hecho querer por mucha gente y es fácil romper, y todo parece una despedida. No quiero. 

Durante la tertulia me llamó Carlos, con el que teníamos una deuda pendiente desde hace años, y quedó en nada la relación que tenías con ellos de toda la vida. Le llamé por la mañana para contarle...y al no poder contactar contigo- empeñada en no coger el teléfono- me llamó a mi.

Te pasé con él sin que supieras nada. ¡Cómo te cambió la cara!...saliste buscando intimidad y regresaste encendida y feliz.

- No me hagas más esto. Me tratan como si me fuese a morir...

- Déjate querer, cariño. Tienes que dejar una siembra maravillosa. ¡La gente te quiere tanto!

Nos quedamos a solas en la terraza  y desembuchaste tus miedos...”esto va a ser muy rápido”, “¿qué será de ti?”.

¡Ay!, ¿qué será de mi?...”no pasará nada porque tú me guiarás...lo sé”.

Amor mío: que tenga que pasar esto para que caiga en la cuenta de lo muchísimo que te quiero.

No he llorado, pero estoy muy jodido...

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