viernes, 19 de septiembre de 2014

PENA.

El Pábilo ya no se actualizará más.

Ayer por la noche , en casa, recordamos anécdotas de ella.

Me impresionó mucho la de mi cuñada.

Cuando Manu decidió que no le hicieran la traqueotomía que  le hubiese podido permitir respirar  de modo artificial, todos supimos que su vida terminaba.

Manuela tomó esa decisión, sobre todo, porque no quería hipotecarnos la vida a mi cuñada, y a mi. Tenía muy claro que la ELA avanzaba, y la solución sólo suponía más tiempo de una enfermedad devastadora.

El médico que la trató me comentaba que a la hora de la verdad, cuando el sí o el no te alarga la vida, o la deja desinflarse, son poquísimos los que se atreven, de un modo perfectamente consciente, a  dar ese paso: cuando estás asomado al abismo, a la incertidumbre, te agarras a un hilo que te pueda sostener.

Si "nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos", Manuela  jugó esa liga. Porque eso es lo que hizo. No vivió ni un segundo más artificial, por nosotros.

Mi cuñada contó que , estando en la UVI con ella, le preguntó: "Manuela, estamos aquí, acompañándote, ¿tienes miedo?".

Manuela, por gestos, llevaba un respirador, contestó que no, y se llevó la mano al corazón.

Le acercó un pizarrín para que escribiera qué sentía, y escribió "tengo pena".

No sentía miedo a lo que sea que te encuentres al morir. Era esa pena que da no volver a estar  en esta vida, con esa gente que quieres.

Era amor.

jueves, 18 de septiembre de 2014

MANUELA

Ayer se nos fue Manuela.

Ingresó el lunes en urgencias, pues tenía un 60% de capacidad , y se fatigaba mucho.

Fue directamente a la UVI para hacerle pruebas y descartar una infección.

Un médico le preguntó si quería que le hicieran una traqueo, en caso contrario no viviría mucho más.

Manuela contestó que no quería esa intervención. Era un asunto que habíamos hablado muchas veces: no quería ser mantenida artificialmente , y menos con  la ELA extendiéndose.

En realidad, no quería hipotecarnos a nosotros. 

Mientras, pudimos hablar. Nos despedimos de una manera distinta. Ella sabía que se apagaba, y yo también. Nos dijimos lo de siempre, pero de un modo distinto, intenso. Nos dimos las gracias, le pedí perdón, juntó las manos como en oración y me dijo que rezaría  por mi, y me pidió que lo hiciera por ella. 

Se despidió de sus hermanos. También vino su madre. Un encuentro maravilloso.

Ayer, mientras hablábamos su hermana , Manuela y yo, le preguntamos si quería que viniese el notario al día siguiente. Contestó que sí. Y yo dije " ¿para qué llamar al notario?: para lo que hay que repartir, lo hacemos entre Olga y  yo, y santas pascuas.

Puso cara de pilla, y me señaló con  el dedo y dijo "tú, no" ,  "que lo haga Olga (como que no se fiaba de mi, pues la hermana es la lista y ordenada, y yo , ya se sabe.

Levantó la cabeza, y se fue.

Llamamos a las enfermeras, y ya no había nada que hacer.

Exceso de carbónico en el cerebro, una muerte dulce.

Gracias, Manuela. No me dejes. ¡Nos hemos querido tanto!


miércoles, 17 de septiembre de 2014

LA MESA COMPARTIDA.

Leí de alguien en una de esas citas que va en la cabecera del Mundo,  que nunca se debería escribir ni una sola frase que no se pudiera susurrar al oído de un agonizante. 

Pues bien, eso es exactamente lo que transmiten algunas obras que llamamos "de arte" . Hay canciones, poesías, esculturas, películas, que parecen hechas para moribundos. Incluso parecen inspiradas por moribundos: como si fuesen  la última bocanada de un naúfrago.

De alguna manera, todos somos seres que agonizan.  

Me contó una camarera búlgara que allí hay una  vieja tradición a la hora de comer:   poner en la mesa un plato de más para un visitante imprevisto.

Siempre deberíamos ir por la vida con un sitio de más en nuestro corazón para visitantes imprevistos, de esa manera , lo imprevisible no existe, porque está preparada tu mesa para cualquiera que pase por tu vida. 

Nunca irás justo de comida, o siempre estarás dispuesto a compartir lo poco que tengas. 

De alguna manera , todos somos seres que agonizan.

martes, 16 de septiembre de 2014

lunes, 15 de septiembre de 2014

UN CORREO.

"Suso, éstos últimos días han sido muy complicados en el seminario y yo me he acordado especialmente de ti. 


Aquí apenas empieza el día (aún no sale el sol) y quiero escribirte. 

La semana pasada (en la noche del jueves al viernes) uno de nuestros alumnos fue diagnosticado con un cáncer muy agresivo (metástasis por todos lados: columna, pulmones, etc). Se fue en una semana. 

Cuando le avisamos a su obispo (el obispo de ... en la parte norte-central de usa), decidió venir y ordenarlo sacerdote, así es que lo que habitualmente se organiza en un año, lo hicimos en un par de noches. en una misma ceremonia, en su cama del hospital.


William recibió el diaconado y el presbiterado. Fue todo agotador, pero al final salió  bien. Finalmente, a los dos días, el padre William murió; anoche tuvimos la vigilia y hoy el funeral. 
ha sido todo triste y consolador a la vez. 

Te comparto unas fotos.

Te mando un abrazo; voy a preparar lo que falta. 

En tu oración de hoy -fiesta de la exaltación de la santa cruz, por cierto- acuérdate de mí y de mis muchachos. también por los formadores del seminario. 


Dale un beso a Manuela y dile "te lo manda el fader, desde los estados unidos, con inmenso cariño". 
 

domingo, 14 de septiembre de 2014

EL MEJOR LUGAR DEL MUNDO.

Hace unos meses, al principio del Pábilo, un buen amigo sacerdote en un seminario de EEUU, me envió una foto donde había puesto un cartel con nuestros nombres en el Sagrario de la capilla, cerca de Jesús, para que Él nos tuviera "enchufados".

Me llegó muy dentro.






Este viernes recibo este correo de otro buen amigo:


Recuerdo una de las primeras entradas del Pábilo … me dejó atónito (si esa es la palabra)

Dispongo de las llaves de la Parroquia (alguien tiene que contar las monedas del cepillo) y tenía este asunto pendiente con vosotros.

Me daba un cierto “respeto” hacer algo así … pero cuando estaba frente a Él y vuestros nombres, he sabido que he estado muy * cerca de vosotros.

(*) Rezando y sabiendo

Un abrazo.

¡No se puede estar en mejor lugar en el mundo!

sábado, 13 de septiembre de 2014

MIMI

No creo que sea fruto de la formación religiosa que recibí, pues  es común denominador de muchas culturas, sean religiosas o no.

Por algo será.

Para mi la muerte, y para muchísima gente que me rodea, y sobre todo si es de alguien cercano, activa un resorte, casi instintivo,que se resume en que " no puede acabarse todo", que las cosas buenas dadas y recibidas no pueden quedar en nada.

Nuestra vida pide otra y no puede terminar del modo que lo hace, a veces tan estúpidamente.

Mi padre antes de morir nos dijo "no vayáis a visitarme al cementerio, allí no hay nada, sólo despojos. Y tiene razón. No he vuelto a visitar la tumba de mi padre.

Sin embargo, no hay día que no hable con él, y más desde que diagnosticaron  la enfermedad a Manu. Y sé que me escucha.

Animado por un blog leo Mimi, un  libro para niños que comienza así: " Lunes,  149 días desde que murió mamá".

Llega muy dentro, y muy lejos, y lo hace tocando un tema muy delicado.

Me acordé de mi padre y la sentencia de los despojos en algunos pasajes:

«Lo último que hago antes de quedarme frita es susurrar buenas noches a la foto de mami que hay en mi armario y pedirle que arregle el corazón roto de papá. Eso me hace llorar un poco, pero luego me quedo dormida». 

Y más adelante: «Antes de ponerme a dormir cogí la foto de mamá y le dije a que Sally le gustaba George, y le pedí que no se olvidara de hacer que el sol brillara mañana, y le dije que la quería, le di las buenas noches y le deseé que durmiera bien». 

Y, al final: «le di las buenas noches, le deseé que durmiera bien y de alguna manera sentí que ella estaba allí conmigo».

Me ha encantado Mimi. Y me pregunto: ¿arreglarás tú también mi corazón roto cuando estés allí, y me pintarás un día de sol que brille mañana?.

viernes, 12 de septiembre de 2014

UN WASAP.

Vino mi hermana de visita a casa. Le acompañaba Leyre, mi sobrina, unos ojos que brillan como una perla en la oreja de una princesa etíope.

Cuando se marchó, Manuela le envió un wasap pidiéndole disculpas por estar tan "bajona". "Me da palo que me veas así".

Y  mi hermana le contestó:

"¿¿¿Que te da palo???. Coño, a mi me da palo molestarte. Verte así a mi no me importa nada. Cada vez tengo más claro  en la vida el cuerpo es una mierda. El tuyo, el mío...una mierda. Lo que importa es lo interior. Y ese, tú, Manuela mía...lo tienes de oro macizo.

Yo sólo quiero mirarte a los ojos: esos ojos lo dicen todo. ¡Tienen tanta vida tus ojos, mi Manuelilla!."

Y Manuela me reenvió el wasap- feliz!-  y yo lo subo al Pábilo para que se entere todo el mundo.

jueves, 11 de septiembre de 2014

EL GRAN ESPECTADOR.

«Se dice que Dios es invisible. Y alguien me lo ha planteado alguna vez como objeción; yo le pregunté si había estado en un escenario de teatro, y le expliqué que, desde la escena, no se suele ver nada del espacio ocupado por los espectadores. A pesar de hallarse allí cientos de espectadores, uno sólo percibe una especie de gran agujero negro, pero sabe que está actuando ante el público. 

Lo mismo sucede con el Señor. El gran Espectador está sentado en su palco, tú no sabes dónde, no puedes verlo. Pero sabes que está allí. "Entiende ante quién estás", dice la Torá. Asume tu responsabilidad de igual modo que el actor representa su papel». (Victor Frankl).

Y también, añado, asume que estás junto a otros actores.

Actuemos de tal manera que el Gran Espectador pase un buen rato viendo nuestra vida. Es seguro , eso lo sabemos, que nos observa con ojos de padre, que , quizás, a veces mire para otro lado, o exclame "¡joder qué tíos!".

En estas horas del pábilo que parpadea, intuyo que Él está muy atento, y conmovido.


miércoles, 10 de septiembre de 2014

EL TIEMPO.

De Simon Leys me he leído casi todo.

Es majete, original, barullano.

Así termina el último de los ensayos que se recogen en La felicidad de los pececillos:
«No dejamos de asombrarnos del paso del tiempo: “Pero ¡cómo! ¡Si parece que era ayer cuando ese padre de familia era aún un chaval con pantalón corto!”. 


Lo cual viene a demostrar que el tiempo no es nuestro elemento natural. ¿Es posible imaginar a un pez que se asombre de que el agua moje? Es que nuestra verdadera patria es la eternidad; nosotros no somos más que visitantes de paso en el tiempo.
 

Eso no impide que sea en el tiempo en donde el hombre construya la catedral de Chartres, pinte el techo de la Capilla Sixtina o toque una cítara de siete cuerdas, lo que inspiró la fulgurante intuición de William Blake: “La Eternidad está enamorada de las obras del tiempo”».

martes, 9 de septiembre de 2014

EL MUNDO NO EXISTIRÍA.


En la entrevista que mantuvimos con la doctora en el Carlos III , nos comentó que una característica de esta enfermedad era la fatiga: "es como si, además de llevar encima de ti tu propio peso, comprases en el mercado otros tantos kilos en mercancía  y los llevases arrastrando por la calle".

Manu se fatiga mucho, y su estado natural, es lógico, es estar postrada en el sofá de casa.

Allí pasa muchas horas en silencio.

No es fácil hablar con ella, ni tratar temas que no le apetece.

No es mujer de práctica religiosa, sin embargo, sí tiene fe, y, desde luego, obras.

No es asunto que me preocupe. Hay tantos caminos para llegar a Dios como hombres, y Dios tiene su camino para llegar a ella. 

En wasap sí que hemos escrito algo pero, ya digo, no me preocupa en absoluto: Dios no separará en el Cielo lo que tan unido estuvo en la Tierra.

"Te amo tanto - le dice a santa Catalina de Siena en una de sus locuciones- que salvaré todo lo que ames".

Lo de santa Catalina de Siena, doctora de la Iglesia por un sólo libro  es tremendo : "El diálogo", escrito en cinco días de éxtasis religioso.

 Hay gente que le preocupa mucho eso de la muerte y la salvación, y si cumples o no, y si estás en gracia, si te confiesas, si, si, si...

A mi Dios me ha llevado por donde ha querido, y sé que no es  como me lo han contado. Y mucho menos después de lo que he visto.

Dios vino al mundo a salvarnos. Y estamos salvados: cuando hayamos comprendido este hecho, comprenderemos mu­chas otras cosas pero, por encima de todo, de donde venimos

El cristianismo no concibió las virtudes cristianas como al­go suave, tímido y respetable. Algo de burgueses bien pensantes, y de curas, frailes y monjas que viven muy bien. Lo concibió como algo amplio, desa­fiante, escandaloso, y hasta destructivo, que despreciaba el yugo de esta vida, vivía en el desierto y buscaba su alimento en Dios. 

Mientras no hayamos com­prendido esto, nadie comprenderá realmente ni siquiera el por qué olía tan bien el perfume de nardo con el que una desgraciada refrescó los pies de Jesús: cada persona vale el amor que le posee. Y si Dios no  nos amase, el  mundo no existiría.

lunes, 8 de septiembre de 2014

SILENCIO

Acompañar esta enfermedad ha supuesto , al menos para mi, un cambio radical de hábitos y costumbres.

De repente, todo se sosiega. El tiempo pasa más lento acompañando un enfermo. Descubres que vivías una vida aturdida, repleta de ires y venires y sin sentido: currar, viajar, hablar, escuchar música, la radio...

Descubres que la cantidad de expe­riencias y su intensidad solo sirven  para atontarnos.
 
Vivir demasiadas experiencias no dice nada de nuestra cultura. Estos días anuncia el Corte Inglés viajes para  " mayores de 50" a destinos alucinantes a precios de risa, y pague cuando quiera. 

Aquí hasta el más tonto ha ido a Bali y se impregna de ese viaje lo mismo que una cuchara del sabor de una sopa.

Y  aquí viene David Bisbal de gratis a la plaza Mayor. Y se petará de gente para ver un tío de esos que salen en la tele; un producto, la verdad, bastante poco original. 
 
Ahora hay un clima de silencio en casa. Y descubres que estás hecho para la calidad , no para la cantidad.

La vida nos ha zarandeado,  nos ofrecía ho­rizontes utópicos, nos emborrachaba, y confundía...
 
Incluso  cualquier experiencia, aun la de apariencia más inocente, suele ser demasiado vertiginosa para el alma.

Necesito ese silencio. La conciencia es como un océano donde sólo puedes distinguir su flora y su fauna cuando el mar está en calma.

¿Rezo  cuando estoy envuelto en ese silencio?: no. Hace años que supe que no sabía rezar. Y sigo sin saber. Yo creo que son poquísimas las personas que rezan de verdad.

Es muy difícil. Y no me creo las oraciones de  banqueros, empresarios, ejecutivos, fanáticos de un deporte, o televidentes de ciertos programas. Y no me lo creo porque en su mar hay mucho ruido: ruido de cuentas de resultados, de hipotecas, de clasificaciones, de discusiones en un plató de...¡ruido!

Pero sé que de ese silencio, que lo busco incansable, vendrá la oración.

domingo, 7 de septiembre de 2014

UNA ANÉCDOTA.

Todas las muertes nos dejan en un estado: un hombre que pierde a su esposa es un viudo, un hijo que pierde a su padre es un huérfano, pero  los padres que pierden un hijo no tienen nombre.

No hay nombre para tanto dolor.

Y ese dolor es algo tan íntimo que es incomunicable, no sólo innombrable.

Siento una enorme compasión por esas personitas dolientes y sus padres. Y una admiración  inmensa, pues es un amor que se palpa: no encontrarás gente que entienda mejor la vida que los padres  que han sufrido la pérdida de un pequeño. ¿Qué tiene que perder quien ha perdido lo más importante?.

Recuerdo un viejo y buen amigo que perdió un hijo cuando el chaval tendría 7 años.

En las largas excursiones al Pirineo acostumbraba a llevar una flauta en la mochila. Y en las distintas paradas que hacíamos a descansar sacaba la flauta y tocaba pequeñas melodías, y  cada melodía significaba el nombre de sus hijos: si se llamaba Enrique, la melodía tenía tres notas, las notas de Enrique. Si el nombre era Sara, tocaba dos notas, distintas , personalizadas en  su hija.

Nunca olvidaba tocar la de Alberto, el hijo fallecido.

A veces, cuando la ascensión era más dura , sudando a chorros, era la melodía que le gustaba silbar con la flauta.

¿Por qué escribo esta entrada?, no lo sé. Me acordé de este buen amigo. 

sábado, 6 de septiembre de 2014

CARLA.

Ayer por la tarde tuvimos la visita de Carla, la ahijada de  Manu.

Carla huela a nueva, a estreno,  a sala de cine antes de empezar  un peliculón, a  domingo, a pupilas abiertas, y manitas que tocan todo.

Carla  suena a risa, a campana tocando a fiesta, a manantial.

Carla no sabe que provoca la necesidad de necesitarle, y se deja querer. Ella es así.

Y  Manuela se toma muy en serio su papel de madrina, madrina buena, de las que dejan buenas propinas y besa,  acaricia, y ríe con ella.

Yo, que soy un cursi, les hago una fotomontaje, y las veo así.


viernes, 5 de septiembre de 2014

SOBRE EL DOLOR.

El dolor es algo muy personal, biográfico. Podemos sentir una gran simpatía por la persona afectada, incluso desear que esa enfermedad fuese nuestra.

Incluso desear nuestra propia muerte a cambio de la de la persona que amamos.

La "Pietax" romana era eso: una ley que permitía intercambiar reos. El hijo redimía al hermano, que era más necesario en la familia. Ese es el significado de la Piedad de Miguel Ángel: la madre muestra al Hijo muerto en brazos, que muere por nosotros.

Esto es muy difícil de entender , pero hoy sé que el verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre más animal.

Viene a cuento la entrada a una conversación de ayer con un  conocido (saludado). Me dijo: te noto muy cambiado.

No quise comentarle lo de Manu. Me jodió el comentario.

jueves, 4 de septiembre de 2014

LA MUDANZA.

A veces Manu se hunde y la encuentro llorando.

Cree que nos está  hipotecando nuestra vida, y siente que la enfermedad avanza de un modo devastador, que se acercan los días de una dependencia que será pesada y difícil.

Y , entonces, se  enrosca sobre sí misma. Y sufre.

Le he dicho que nosotros estamos aquí como quiera que estemos, con todo el amor, y todo el respeto. Que somos la comadrona de su alma, que le asistiremos  a nacer  a una nueva vida, libre de ese cuerpo, radiante, feliz.

La ventaja de esta enfermedad es que tiene una etapas que hay que recorrer, donde hay tiempo para muchas cosas. Vas haciendo las maletas poco a poco, preparando la mudanza, desprendiéndote de tantas cosas que miras, las lloras, las hueles, las recuerdas...y las tiras, porque no te van a servir de nada.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

EL DESEO DE LUZ.

"El deseo de luz produce luz.
Hay verdadero deseo cuando hay esfuerzo de atención.
Es realmente la luz lo que se desea cuando cualquier otro
móvil está ausente.
Aunque los esfuerzos de atención fuesen durante años
aparentemente estériles,
un día, una luz exactamente proporcional a esos esfuerzos
inundará el alma.
Cada esfuerzo añade un poco más de oro
a un tesoro que nada en el mundo puede sustraer".

Simone Weil

Muchas veces, ante situaciones donde el barco de mi vida se iba a las piedras , he repetido como un  mantra una serie de frases que hoy sé que actuaban de un modo medicinal.

Es verdad eso de que "el deseo de luz produce luz".

Yo deseaba no ser  de la forma de ser que me llevaba a callejones sin salida. Muchas veces era algo enfermizo.

Eran frases cortas que decía en voz alta, y que aún digo, cuando estoy desorientado, errático, en el desvarío. Siempre eran de un tono positivo, esperanzado, sabiendo que , de una manera que desconocía, llegaría la luz.

Madre mía, en qué lío me he metido!" era una de ellas. 

"Señor, ¡hace mucho que no hablo contigo de verdad!, ¡tenemos que hablar!"

!¡Pero qué mal, qué mal!".

"¡Sácame de ésta!".

Todas iban en este sentido.

Después, pasa el tiempo, echas la vista atrás, y "aunque los esfuerzos de atención fuesen durante años aparentemente estériles,un día, una luz exactamente proporcional a esos esfuerzos inundará el alma".

martes, 2 de septiembre de 2014

JOSEFA.

Josefa es la madre de Manuela. Tiene 87 años.

Es mujer de quilates, con una fe sin histerias, diamantina, sencilla y profunda.

Siempre ha tenido una mala salud de hierro. Mujer de dolores callados, y de alegrías sembradas.

Esta tierra ha dado muchas madres así, pero ella tiene algo muy especial: es muy buena. Y, sobre todo, ejemplar.

Lleva en el pecho una foto. Es Manuela con cinco años. Rubia, con coletas, zpatitos blancos, y esa cara que es marca de la casa.

"La vi en el suelo de casa- me cuenta- , no sé qué hacía allí, y cómo fue a parar a ese rincón, y me la he puesto aquí para ternerla cerca, y que sea lo que Dios quiera".

Se desabrocha la camisa y muestra la foto  cerca del corazón.

Si viene un milagro, vendrá por una madre.

lunes, 1 de septiembre de 2014

ESTAR ALLÍ.

Manuela no quiere molestar, e insiste que no cambiemos nuestra vida por atenderle a ella. Sin embargo, no puede ser: hay que estar a su lado.

Le escribo: me gustaría saber qué hubieses hecho tú si fuese yo el que padeciese tu enfermedad.

Y calla.

Es la hora de estar allí. No hay otra forma de querer en estos momentos.

Si tienes un pariente cercano muy enfermo - pienso en tu padre, tu madre, tu mujer, un hijo, un hermano - no justifiques tu ausencia con escusas.

Será una de los temas de tu vida que no te perdonarás.