martes, 2 de septiembre de 2014

JOSEFA.

Josefa es la madre de Manuela. Tiene 87 años.

Es mujer de quilates, con una fe sin histerias, diamantina, sencilla y profunda.

Siempre ha tenido una mala salud de hierro. Mujer de dolores callados, y de alegrías sembradas.

Esta tierra ha dado muchas madres así, pero ella tiene algo muy especial: es muy buena. Y, sobre todo, ejemplar.

Lleva en el pecho una foto. Es Manuela con cinco años. Rubia, con coletas, zpatitos blancos, y esa cara que es marca de la casa.

"La vi en el suelo de casa- me cuenta- , no sé qué hacía allí, y cómo fue a parar a ese rincón, y me la he puesto aquí para ternerla cerca, y que sea lo que Dios quiera".

Se desabrocha la camisa y muestra la foto  cerca del corazón.

Si viene un milagro, vendrá por una madre.

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