Existirá, o existe, un instante en
nuestra vida que bajo la presión de una gran dicha, o de un dolor
fatal, se concentrará en ella lo que antes estaba disperso, como un
haz que reuniese en sí todas las gavillas.
Ese instante puede llegar hoy, o tal
vez fue ayer, o hace muchos años...quizás aún no ha llegado.
Lo que es seguro es que lo que allí
surgió no cesará de extender su sonido, como el eco de una enorme
campana, hasta nuestro último aliento. Y ya no seremos los mismos,
para bien, o para mal.
De eso hablamos ayer: del amor cuando
nos conocimos, y de la enfermedad diagnosticada: dos zarpazos
inesperados. Y no somos los mismos.
Y se reunieron , en los dos, todas las
gavillas.
Cada vez tu alma y tu corazón son más profundos y poéticos. Qué paisajes dibujas.
ResponderEliminarGracias por compartir tu vida y tus experiencias. No te sientas solo. Un abrazo.
Hay veces en la vida que lo único que se me ocurre es decir:
ResponderEliminar¡ Viva Charlie Chaplin !
E imaginarme a los dos, riendo, viendo a un señor que era un genio, haciéndoos reir.
Y claro, deciros que eso es importante para mi.
Vamos, que me importáis.
Y luego, quedarme calladito, que tú sabes que ya me cuesta.
...
Y también me gustaría que la Piedra supiera que mi intención es cuidarte.
Aunque tú sabes que no tengo ni zorra idea.
Eso es.