"Y
cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar de
pie en las sinagogas y en los cantones de las plazas, para ser vistos
de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su recompensa.
Tú, cuando ores, entra en tu cámara y, cerrada la puerta, ora a tu
Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo escondido,
te lo dará.
Y
orando, no seáis habladores como los gentiles, que piensan ser
escuchados
por su mucho hablar. No os asemejéis, pues, a ellos, porque
vuestro Padre conoce las cosas de que tenéis necesidad antes que se
las pidáis".
¡Cómo quisiera rezar así!
Rezo poco, pero tengo cada vez más la impresión de que o no me escucha nadie o que no le parece bien lo que le pido.
ResponderEliminarDespues de muchas pruebas, rezo como si hablara con un amigo.
ResponderEliminarY ese arranque de confianza, suaviza el tramite.
No es como me enseñaron, pero si no me hubieran mostrado aquel camino, no habria encontrado el mio.