Me he pasado años de mi vida dando
consejos sobre como vivir, como trabajar, como enamorarse, como
rezar, como morir, como sobrellevar la enfermedad y el dolor...que si
la fe, que si Jesucristo, que si patatín que si patatán.
Y ahora me toca a mi. Y nada de lo que
enseñé me sirve ahora. ¡Cuesta creer en algo!. Estoy aturdido,
perplejo, desorientado. Deambulo en el desvarío por las calles en
caminatas madrugadoras donde voy diciendo en voz alta
“¡joder,”¡joder!”, “¡joder!.
Esa es mi jaculatoria.
He acompañado el dolor de otros,
alguno muy de cerca...¿qué diferencia hay con la situación de
hoy?. El amor. Yo no estaba enamorado de Jaume, ni de Andreu... ni
siquiera de mi padre. Era otro tipo de afecto. Este duele mucho y muy
dentro.
Miro un crucifijo que llevo en el
coche. Está sordo. No entiendo nada. No sé qué hacer, ni qué
rezar, ni si todo esto servirá para algo.
Y cara afuera, aquí me tenéis, con la
mejor de mis sonrisas...como un payaso de mi mismo.
Te escucho.
ResponderEliminarY te escuchare.
Te escuchamos. Unos cuantos.
ResponderEliminarNos importas, nos importáis. ¡Joder! Un abrazo.
ResponderEliminarRoge
Un abrazo. Aquí estamos
ResponderEliminarTe escuchamos. Más de lo que parece.
ResponderEliminarUn fortísimo abrazo
Jesus en la cruz tambien sintió que su Padre le habia abandonado.
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