Teníamos nuestros planes
y, de pronto, todo se fue al carajo.
Parece que nos hemos
quedado prisioneros de una situación que nos ha hipotecado el
presente para mucho tiempo.
A nosotros nos tocó la
E.L.A.
Otros han «hipotecado»
gran parte de su presente y futuro cuando acabas de firmar unas
letras altísimas, a las que tendrás que hacer frente durante los
siguientes veinte años de tu vida. Asimismo, la pareja o la mujer
que descubre que, contra su voluntad, viene un bebé de camino,
inesperado e inoportuno, puede pensar y sentir: «¡ Qué mala
suerte!», porque ha hipotecado gran parte de sus proyectos, porque
irremediablemente su presente o futuro inmediato ya no le/les
pertenece.
Hoy habrá nacido un Down,
o un bebé con enfermedades que atarán a sus padres de por vida a
él.
Los ejemplos podrían
multiplicarse casi de forma indefinida, ¿quién no ha sentido o
siente que su presente no le pertenece?
¿Qué hace esa gente?.
Puedes hacer dos cosas, o tiras palante con libertad, o al pozo, a
hundirte en tu mierda de hipoteca vital.
Aunque en los próximos
años tengamos que madrugar y trasnochar todos los días que nos
quedan de vida y luchar contra esa enfermedad, aunque tengamos que
trabajar por un sueldo que siempre se nos antoja injusto para sacar
adelante a esa criatura, o quemar las energías en intentar sacar
adelante a unos chicos que más bien parecen nuestros enemigos… a
pesar de todo, siempre podemos conservar un principio de libertad.
Quizá tengamos que pasarnos las siguientes ocho horas fregando sin
parar, o trabajando en una fábrica, en una cadena de montaje, que te
impide descuidarte lo más mínimo; o entrando a las ocho de la
mañana y terminando a las diez de la noche. O multiplicarnos por
tres para atender eso o aquello....aprender a limpiar,a llevar una
silla de ruedas...
A pesar de todo, tenemos
la libertad de nuestros pensamientos; podemos hacer nuestro trabajo
canturreando por dentro o machacándonos sin piedad; podemos amar o
desechar, querer o aborrecer, sonreír o llorar, gritar o conversar…
Si ellos lo hicieron, yo,
¿por qué no?
Muy buena reflexión, Mauricio.
ResponderEliminarMe ha tocado muy de cerca una enfermedad rara que no mata, pero producirá una dependencia absoluta del ahora niño de 5 de sus padres, que tras la primera negación de "esto es sólo temporal" se han rendido a la evidencia y valoran lo afortunados que son por poder ofrecerle un futuro a ese hijo. Esa es nuestra opción de libertad. Vivirlo de otra forma.
Rezo por vosotros, para que no os falte la energía.
ResponderEliminarCada día.
Me has hecho recordar el testimonio de uno que secuestraron y explica su experiencia aquí: http://www.youtube.com/watch?v=j1s3Kxwdefc Posiblemente ya lo conozcas pero es divertido y provechoso. Te lo dejo, es lo que hay.
ResponderEliminarUn beso