“Lo que te hace sufrir más es que
la quieres”, me dice un correo.
Sí, le respondo, y que ella estaba
preparada para atenderme a mi. Nunca pensó en la situación
contraria. Me mira y dice “¿qué será de ti?”
Para ayudarla necesito
imaginación, intuir de algún modo cómo es ese dolor que yo no siento.
imaginación, intuir de algún modo cómo es ese dolor que yo no siento.
Se requiere toda la confianza entre
nosotros para que nos lo podamos contar todo, y de ese modo unir la
diferencia y acortar la distancia entre los cuerpos que sólo oyen
palabras o miran gestos y los cuerpos que las construyen y las
sienten.
Estamos en un proceso donde, a veces,
hay que saber callar y respetar los silencios y, a veces, hay que
saber preguntar y charlar para poder conocer en qué parte de su mapa
estoy.
¡Es tan difícil!.
A veces funciona.
ResponderEliminarPiensas en los millones de estrellas.
Y las sientes.
Luego en los miles de millones de olas de una playa.
Y te quedas con la imagen.
Y luego estas al lado de la persona que amas, como si fuera una estrella o como si fuera una ola.
Muy tranquilo y relajadete.
Disfrutando ese momento, sin prisa.
...
Hay veces que funciona.
La naturaleza ayuda.
Diego,¿puedes dejar de repetir siempre la misma historia con los mismos finales repetidos y permitirnos leer en silencio las entradas?
ResponderEliminarEn estos tiempos en los que sólo veo soledad, es gratificante cómo "en la salud y en la enfermedad" se intenta cumplir.
ResponderEliminarDebe ser tan difícil como parece, o más. Pero estás ahí, que ya es. Y tan difícil es cuidar como dejarse cuidar.
Como decimos por aquí, no rebles.
ResponderEliminarLlego de Barcelona...¡buenas noches!
ResponderEliminarTodo empieza de nuevo detrás de cualquier gran límite; eso querría transmitir a cada una de las personas que se hunde en el hospital. Aquellas que reciben un diagnósitco que les mete de lleno ante la batalla que es luchar por la vida, que aunque difícil, hará de cada minuto vivido un premio y de cada pequeña conquista, un trozo enorme de felicidad. Nunca será fácil afrontarlo, pero no será imposible. En esos límites rotundos es donde uno puede decir que nace; que vuelve al camino de nuevo, al verdadero. Es algo así como encontrar una senda que tan siquiera habíamos intuído. Vivir ahora es la reinvención de la persona desde sus cenizas, enfrentarse a la pérdida de brújula que toda enfermedad es, y a la necesidad de nacer de nuevo con nuestras limitaciones hacia este presente que ahora tocamos.
ResponderEliminarNo te rindas.