No lo escribo por mi, lo hago porque
puede ayudarte...
Una noche , estando yo en Valladolid,
me comentaron que mi padre, enfermo terminal de cáncer, estaba en
una crisis fatal y que podía no salir de ella.
Le llame y le dije todo lo que tenía
pendiente de decirle. No nos habíamos tratado mucho durante años, y
no fue fácil nuestra relación durante algún tiempo. Al dejar la
obra pensé que a aquel hombre, tan recto, le defraudaría.
Sin embargo, me equivoqué. Nadie ha
querido más en mi familia a Manuela que mi padre. Y sé que decía
de mi “¿pero cómo ha encontrado este tío una mujer así?".
Mi padre callaba mientras le decía
unas verdades que, con emoción entrecortada, le iba desgranando. Era
darle gracias, y pedirle perdón.
Y ya , llevado de una emotividad
desinhibida por la distancia, o por no sé qué, le dije “papá,
cuando estés en el Cielo le dices a la Virgen que la quiero mucho,
que no me deje..."
Mi padre exclamo un “¡¡¡halaaa!!!
desgarrado por la emoción, y colgó emocionado sin despedirse. Yo me eché a llorar
en medio de la calle a moco tendido.
No murió de aquella, y nunca más
volvimos a hablar del tema cuando nos vimos.
Pero yo había dicho lo que quería
decir.
Subsanar relaciones rotas no es
importante sólo para la persona moribunda sino también para los supervivientes,
que quedan jodidos para sobrellevar la carga de los asuntos por resolver.
El mayor obstáculo para superar y
recuperarse del dolor sigue siendo “lo que no se dijo y lo que no se hizo”. La
joven esposa que nunca pudo disculparse por las broncas llevada de sus celos;
el padre que nunca le dijo al hijo lo orgulloso que estaba de él; el hermano que
nunca le dijo a su hermana que la quería...
Desde el punto de vista del paciente, y
de los acompañantes, éstos son asuntos inconclusos que necesitan resolverse. Es más que
“morir con la conciencia tranquila”. Es tomar los pedacicos de la
vida y formar un todo, terminar el tapiz, escribir el último
renglón, leer el final del libro.
Que verdad!, es una suerte llegar a tiempo y poder soltar eso que llevamos dentro. Hace ya tiempo que D. Carlos debió de dar el recado.
ResponderEliminarLas relaciones con la familia son muuuuuy difíciles. Están cargadas de expectativas, emociones, obligaciones imaginadas...
ResponderEliminarPedir perdón, dar las gracias. Quiero llegar a ese punto. La maldita soberbia es mi gran enemiga. Gracias Mauricio.
ResponderEliminarAcabo de ver un articulo en El Mundo digital sobre el ELA (interesante).
ResponderEliminarMuchos besos y animo!!!
Esperanza en medio del ELA en 331 páginas
ResponderEliminarLeo Montero sufre esta grave enfermedad degenerativa
Ha escrito un libro en el que desglosa su lucha por vivir
'Hay que disfrutar, la vida es muy corta', afirma
Leí el artículo.
ResponderEliminarEl problema de la ELA es que se presenta con muchas caras. En el caso de esta señora fue la pierna, en Manu es la garganta
Me ha dado mucha pena saber que una hija se ha ido y no sabe el daño que ha hecho a esa mujer y su padre.