La
E.L.A. no sabemos hacia donde derivará, pero aquí estamos, andando
con ella.
Recuerdo
en un centro especial en Tarragona cómo un joven artista
tetrapléjico sujetaba el pincel con la boca para crear belleza y
amor. Antes de su accidente ese hombre vivía muy lejos de la
belleza y el amor. Sencillamente, llevaba una vida absolutamente
primaria, casi instintiva: se despertaba, desayunaba, trabajaba,
cenaba y se acostaba. Los fines de semana se desfasaba con sus
amigos, y en vacaciones viajaba para pasarlo bien.
También
conocí una mujer que padece una parálisis cerebral y no puede
controlar ninguna parte de su cuerpo. Para que logre escribir una
carta han de atarla a una silla y amordazarla con el fin de que no se
caiga ni babee sobre el ordenador. Entonces puede mecanografiar con
la nariz sobre el teclado. Y he visto una tarjeta de Navidad en la
que escribió: «Pasemos la Navidad con Jesús, ayudando a seres
menos afortunados que nosotros».
Las
personas como ella no nos inspiran porque sus desdichas hagan que las
nuestras nos parezcan menos graves, sino porque nos dan una lección
de kilates. La cuestión no es quién tiene el peor problema; todos
tenemos problemas, y al afrontarlos podemos inspirarnos los unos a
los otros.
La
cuestión es qué cojones hacemos tú y yo con todo ese maravilloso
caudal interior que lo tenemos empantanado, pudriéndose en pan de
rana.
Nos inspiramos los unos en los otros.
ResponderEliminarPorque lo que ocurre es simplemente lo que esta pasando.
Mira que es sencilo, y mira lo que cuesta comprender.
Muda. Me voy a espabilar, os lo debo a gente como vosotros.
ResponderEliminarMuchísimas gracias.
A
Conocí este blog, a este gran Mauricio por ti: muchas gracias, te añoro
EliminarLa verdad es que da que pensar, lo afortunados que somos y lo poco agradecidos que estamos. Y lo poco que estamos dispuestos a explotar nuestra vida haciendo el bien y disfrutando cada día dándolo todo. Un abrazo
ResponderEliminarEs verdad.
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