“En una carta privada,
Viktor E. Frankl me escribió las siguientes palabras: «Cuando una
situación sin salida no se deja dominar externamente, sólo queda la
huida hacia arriba, hacia la autorrealización, hacia el crecimiento
interior junto a la situación desesperada en cuya víctima indefensa
uno se ha convertido. ¡Por ello, siempre acostumbro a recordar que
los árboles que se agolpan en un bosque frondoso están obligados,
más que nunca, a crecer a lo alto!»
La cita es de Lukas
Elisabet.
Esa misma idea me contó
mi padre en un bosque subiendo a los llanos de La Larri, en el valle
de Pineta: era tan frondoso el bosque que los árboles luchaban por
ascender hasta recibir los rayos del sol.
“Como amante de la
naturaleza- continúa Lukas- - , puedo confirmar que, en los
oquedales de mi patria austríaca, los abetos más bellos y altos se
encuentran allí donde se apretujan tanto que ni los rayos de luz
pueden llegar hasta las profundidades del suelo ni los excursionistas
abrirse camino a través del bosque.
De la misma manera, como
psicóloga, puedo asegurar que las personas más conmovedoras que he
tenido la oportunidad de conocer, y a las que profeso una profunda
veneración, se encuentran entre las que sufren, y dentro de éstas,
entre las que se han visto afectadas por golpes del destino tan bajos
que se podría haber pensado que tendrían que haber perdido
necesariamente cualquier esperanza.
Pero ocurrió lo
contrario: sumidas en esta situación, empezaron a crecer por encima
de sí mismas”.
Debe ser verdad.
ResponderEliminarEso debe ser verdad.
Aunque en mi no se da. Sufro. Mucho, y cada día soy más malo, peor persona y más indeseable. Soy un puto grano en el culo del mundo. Es un hecho.
Pero en los demás he visto que sí, que el sufrimiento hace crecer y mejorar.
Pero, cojones, que es que le hacen a uno blasfemar: reivindico la opción de ser de puta madre, buenísimo y santo, simplemente siendo felices, solo viviendo una aburrida vida llena de belleza, de alegrías, de brisa y música, de amables seres queridos, sanos y sonrientes. La rivindico ante la autoridad competente, la única que reconozco, y lo hago con humildad, ante Dios nuestro Señor.
¿Para cuando dejas el Paraiso? ¿Nos tenemos que morir para poder disfrutar aunque solo sea un poquito?
Y eso lo digo sabiendo que es un Padre Bueno. Que lo sé. Como sé que hay gente muuuuucho peor...
Perdona Suso, se me ha escapado. Y en forma de cobarde Anónimo.
ResponderEliminarDa igual. Sabes quién soy.
Lo sé...o le sé...o la sé...te conozco.
EliminarEl sufrimiento nos enseña - al menos a un 90% de personas,- a ser humildes, a querer mejor, a ser mejores personas,a valorar otras cosas que la mierda de cosas que valoramos, a mirar con el corazón...y si nos enseña eso, "el sufrimiento" es una ESCUELA y no un castigo.
Hemos venido a aprender. Y Dios es un maestro, un poco cabrón, pero maestro.
Y ahora subo a la entrada el cuadro de Rembrandt "el maestro y el alumno"...¡ese dedo me sobrecoje!
Hazme un favor, chico.
ResponderEliminarSubete el detalle de La Creacion, de Miguel Angel Buonoratti, la escena de la Capilla Sixtina donde un Dios creador lanza su mano a la mano de un Adan recien creado.
Y ponla debajo de la mano del maestro.
Es su sitio.
Ese es su lugar.
Este es su espacio.
...
Gracias anticipadas, chico.
Lo siento, la mano del Maestro es la metáfora de un Padre que enseña...la del Creador a mi me acojona.
EliminarA mí también me gusta mucho más el Dios- papá de Rembrandt que el Dios-juez de Miguel Ángel. Uno está lleno de ternura y humor. El otro, como dices, acojona.
EliminarTal vez se trate de la misma mano.
ResponderEliminarY el miedo nos impida verlo.
O tal vez yo no tenga ni zorra idea.
ResponderEliminarPosiblidad que no descarto en absoluto.
...
Por cierto, mañana viernes el Sindicato de Transporte me ha asignado unos servicios de taxi gratuito para tí y la niña.
Me han dado también un bozal para que esté calladito y me limite al servicio.
Me conocen.
Puedes ahorrarte un pastizal en taxis.
Es lo que hay.
Llevamos taxista de gratis,gracias.
EliminarSeguro que es una taxista, guapetona y simpática.
EliminarAsí no hay quien compita, cojoño !
El sufrimiento no es bueno: de hecho es algo espantoso. No me sirve ni como enseñanza. Lo extraordinario de algunas personas es que son capaces de coger ese sufrimiento y transformarlo en algo hermoso. Pero lo hermoso no sale del sufrimiento, sino de la persona capaz de transformarlo. Es la bondad y el amor lo que convierte la basura en arte, pero sin esa energía bondadosa, la basura sigue siendo eso: basura.
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=fXynrsrTKbI