Hay consideraciones que no me atrevo a
contar a Manu. Son tan mías que no sé si me meto en jardines que
quizás ella no entienda.
Sé, o eso espero, que en sus
soledades, llegará al mismo puerto.
Uno de los temas que más se ha tratado
en el arte, en el cine, en la novela, es el del paso del tiempo, y
dentro de él, el de la infancia, el regreso a ella, ya sea
atormentada, o feliz.
La parábola del hijo pródigo trata
exactamente de ello.
Millones de personas se entusiasmaron
con la película E. T. Cuando grandes multitudes expresan tanta
energía por algo, es porque sentimos que alguien ha tocado un
resorte en nuestro interior que nos conmueve. Cuando el abandonado E.
T. murmura: "a casa, Elliott, a casa", sus palabras evocan
algo que todos, desde hace miles de años, llevamos dentro.
Cuando E. T. murmuró: “a casa,
Elliott, a casa" millones de personas de todas las edades en
todas las culturas lloraron. Lloramos porque todos nos sentimos niños
exiliados.
Para muchos de nosotros en el Barullo
regresar- “represar” iba a escribir- es una meta, como
encontrar el hogar por primera vez. Pero todavía estamos en el viaje
de vuelta.
Verás gente que alcanza sus sueños,
que parece importarles nada la vida, que están por encima de
inquietudes y afanes, pero siempre experimentarán una leve
desilusión, un desencanto.
El hijo pródigo comía las bellotas de
los cerdos y siente su abandono, y otros después de Dante,
Shakespeare ,Mozart, Bach, Goya, Spielberg, después del amor, las
canciones, el sexo, el trabajo decimos: ¿Esto es todo?...¿y?...
Todos tenemos otro hogar al que
pertenecemos. Creo que algo- ¿alguien?- nos pide que regresemos.
Pienso que venimos de Dios. No importa
cuán bien marche todo, ni lo mal que vayan las cosas: todavía no
estamos en casa.
San Agustín , que algo sabía, lo
escribió tan certeramente: "Nos has hecho a tu semejanza, oh
Señor , y nuestros corazones permanecerán sin descanso hasta que
reposen en Ti".
Al final ése será nuestro verdadero
regreso al hogar.
Chapeau
ResponderEliminarSin palabras. Magnífica. " A casa...".
ResponderEliminarMe has hecho llorar, amigo Suso.
ResponderEliminarPues sí. Ese será nuestro verdadero hogar. Hoy, que estoy lejos de mi casa, de los míos, con un frío tremendo, cansado y dudando de todo, hoy, tus palabras han sido un bálsamo.
ResponderEliminarGracias.
(Un día, nos veremos allí, te pararé en el pasillo me presentaré y te daré las gracias en persona)
Y yo te contestaré...¡de nada!
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