No se puede curar lo que no se puede
sentir.
Esa es la razón por la que la
enfermedad nos puede ayudar tanto. El dolor, poco a poco, y las horas
de soledad, el ronroneo de nuestra memoria, la conciencia despierta
a otra dimensión moral, nos ayuda asimilar nuestra biografía,
maduramos y aceptamos...o no.
Los sanos vivimos narcotizados por
nuestra buena salud. Nada hay que curar porque nada se siente.
Algunos, ni siquiera compasión tienen, de tal manera viven.
Se puede resucitar
Volver a nacer con una piel nueva...¡pero eso sería un milagro!
¡Vaya pedazo de entrada!,¡abisal!
ResponderEliminarAquí sigo, callada pero perseverante...y gracias porque estas reflexiones ¡hay que ver lo que ayudan, sí, señor!
ResponderEliminarBesos, especialmente para Manu
A
¡Besos de ida y vuelta!
EliminarCon la piel de un niño, imagino. ¡Que difícil!
ResponderEliminarBesos y mucho animo.