De la misma manera que mil acordes
acariciados por unos dedos sobre las teclas de un órgano,
interpretando una sonata de Bach, no hacen una obra maestra.
O que
una sencilla tortilla de senderuelas puede ser de una vulgaridad
chunga, que mil ladrillos no hacen una casa, o que millones de
besos no hablan de amor...mucha gente destroza a Bach, deshace
tortillas, arruina edificios, o prostituye lo que toca.
Pero hay gente que no. Hay personas que
hacen de su labor, de su trabajo, de su amor, obras maestras.
Manu es una de esas personas.
Y cuando estás cerca de gente así
todo es más fácil: nadie nace enseñado en nada, pero se nota, ¡y
mucho!, los buenos maestros.
Y yo, con 56 tacos, estoy aprendiendo tantas cosas...
Voy a correos, con el paquete para tu chica.
ResponderEliminarEspero que os guste.
¡Gracias!...¡que tengas un miércoles fantástico!
ResponderEliminarY poca gente es capaz de admirar, como tú lo haces, esa virtud. Ambos sois muy afortunados.
ResponderEliminarSi, es una maravilla... Y dais alegría.
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