Un
día estás conduciendo tranquilamente y de sopetón se enciende un
indicador luminoso que te advierte que hay una posible anomalía en
el coche, “detenga el motor inmediatamente”, dice una señal
intermitente.
A
todos nos ha pasado. Y por supuesto que paramos ipso facto. Yo, por
ejemplo, soy de los que piensan que aquello va a explotar por los
aires si no lo hago.
Pero
entendemos que hay que parar, aunque nos contraríe el día.
Nadie
se enfada con la lucecita. Gracias a ella sabemos que algo malo puede
pasar y, además, en algún lugar del coche que desconocemos. Hay que
llamar a la grúa.
Imagina
que llega el gruísta , quita la lampara que parpadea avisando de la
avería, y nos dice”¡listo!, ¡arreglado!,¡palante!”.
- ¿Está
seguro?
- ¿No
ve que la lamparita ya no parpadea?
- Ya...pero
no es la lamparita la que está averiada, sino la que avisa de qué
algo que no vemos está mal.
Esta
enfermedad tiene algo de eso. Se encendió la luz avisando de una
avería seria.
Visitamos
especialistas , y nadie daba con el nombre de la enfermedad, unos
quitaban la lamparita, otros recetaban tal cosa, aquellos tal
otra...hasta que, después de muchas pruebas, dieron con el diagnóstico..
Pero
saber el nombre no significaba nada: se desconoce su origen, su
terapias, su medicación, su cura. Nos movemos en un ensayo de
investigación que actúa sobre los síntomas...o sobre nada, porque
puede ser placebo.
Mientras,
los mecánicos tocan aquí y allá, prueban, dan martillazos...todos
ciegos.
Y
la vida sigue, con la lucecita parpadeando, esperando que todo esto
sirva para alguien algún día...lo hermoso de estos proyectos es que
colaboras para un futuro que, con toda seguridad, será mejor.
Lo cierto es que llevamos los coches hechos una castaña pilonga.
ResponderEliminarLes cambiamos el aceite cuando nos enteramos que Manolo el del taller ha contratado a una rubia platino para cobrar.
Las gomas las reponemos cuando la yanta metalica le saca brillo al asfalto con miles de chispitas de olores.
Las multas las tiramos en el cenicero, y luego nos cabreamos cuando llegan por correo.
Yoooooo ?, no me jodas, debe de ser un error informatico.
...
De la chapa ni hablamos.
Hay tanques de la Segunda Guerra Mundial con mejor apecto.
...
Y al final, con los peores vehiculos del mundo, fatalmente mantenidos, golpeados por las mil batallas de la vida en las autovias..., al final...
Es con esos vehiculos con los que mañana bajamos la ventanilla, nos entra un chorro de aire fresco, y nos dirigimos a Valdemorillo de los Infantes.
Donde nos apretamos unas migas manchegas en compañia de la tia mas chachi que nos has sido concedida por el destino.
Sean las luces del color que sean.