No sé quién lo escribió:"nuestro
corazón tiene la edad de aquellos que ama". Y, si es verdad, uno se
pregunta qué edad tienen aquellos que uno ama.
El descubrimiento de esta certeza puede
ser demoledor: quizás nuestros quereres envejecen sin que nadie
desde hace años nos pase el testigo de su afecto. La ventaja de
tener familia e hijos es esa: la chiquillería nos hace jóvenes.
De Manu sorprende el abanico de edades
que alcanza su día a día. Nos rodea mucha vida....tanta, ¡que no cabe en esta entrada!
(Estoy pensando en gente que pasa por casa...l@s recién nacidas del entorno...en los críos de la urbanización...compañeras de trabajo de veinti...de treinta...de cuarenta...de cincuenta...de sesenta...¡de setenta!...)
Si "elcorazón tiene la edad de aquellos que ama"...¡tamos hechos unos chavales!
La edad del corazón, lo que realmente no da la vida. Me gusta mucho mucho mucho "tu" Manu.
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