Me
llama un saludado preguntando por Manuela. Acaba de recibir la
noticia de su enfermedad.
Dice
las cuatro consideraciones tópicas en estos casos.
Una
me deja mal cuerpo, por insustancial y frívola: “la vida son
cuatro días, y hay que aprovecharla porque nunca sabemos qué
pasará. No hay más: trabajar como burros, y disfrutar los fines de
semana. Es lo que hay”.
Para
este señor la vida consiste en currar, y epatar a los de su pueblo
con buenas comidas, un buen coche, algún crucero, un viaje
exótico...y ya está.
Dicho
de otro modo: sólo vivo de mi cuerpo. Por esa razón no hay nada más
después. Y por esa razón la salud es lo primero, y lo último.
Como la salud lo es todo para él, en cuanto tiene algún síntoma, saltan las alarmas: es un hipocondríaco de aúpa.Nunca entendí este tipo de gente.
No
saben que el cuerpo, tan importante para ellos, no hace nada por sí
mismo.¿ Qué cojones es un cuerpo? Para
comprobarlo, basta ver un cadáver. El cuerpo de una persona viva
debe su funcionamiento precisamente a algo más que células, adn's,
sinapsis... parece que nos anima un algo inmaterial que solemos
llamar conciencia (alma) o vida (espíritu).
La
conciencia emite una información que se manifiesta y se hace visible
en el cuerpo. La conciencia es al cuerpo lo que un programa de radio
al receptor. Parece que la conciencia representa un “algo”
inmaterial y propio, que no tiene nada que ver con el cuerpo, ni
depende de la existencia de éste.
Al
menos, así lo veo.
Cada
vez estoy más convencido que "el cuerpo" está de
paso..madurando su alma...y, después,como dijo mi padre, "no
vayáis a rezar a mi tumba , sólo habrá despojos...estaré en otro
lugar"...
Y
es verdad.
Realmente la sabiduría de tu "saludado" es muy pobre. No ha llegado al meollo de la cuestión. Así le ira...
ResponderEliminarNo resulta sencillo hablar de enfermedades, y menos de enfermos.
ResponderEliminarFacil, muy facil meterte en un charco, con el barro hasta las cejas.
...
La doctora que ha tratado a mi hija, me dio la pista para no cagarla.
Con la poderosa y amplia frente de un portaaviones y mas kilometros que la Charito, ante mis preguntas de que hacer, resumio.
Cuando no se sabe ni que decir, ni como actuar, cojanse las manos del enfermo y acaricielas un rato. Mejor dos ratos.
Luego, a la señora le sonaba el busca y se tenia que ir a urgencias, cagando leches, con el careto ese que ponen las personas que saben que su tiempo es oro.
Y te dice:
Mejor hagalo todo el tiempo que le salga de los cojones.
Y miraba antes a los lados.
Por si algun mindungui la escuchaba.
Y luego se iba al infierno de urgencias.
A jugar al poker con el mismisimo diablo.
Me estoy releyendo "Del sentimiento trágico de la vida" de Unamuno. Explica mucho. A veces confundimos lo que nos gustaría ser con lo que somos. Y en esa duda nos movemos toda la vida. Si estuviese tan claro que somos materia y espíritu no tendríamos noches oscuras (yo por lo menos) como de la que hablaste el otro día aquí. Pero no está nada claro, no. Un cosa es lo que nos gustaría ser y otra la que realmente somos.
ResponderEliminarEjemplo claro de lo que es un pobre hombre. Me encanta la doctora de tu hija, Diego. Cojer las manos y acariciarlas. Es de lo que habla constantemente Mauricio.
ResponderEliminarUn beso a todos