martes, 8 de abril de 2014

CARTAS DE AMOR.


Hoy leí una carta de amor...¡mía!

"Todas las cartas de amor son
ridículas.
No serían cartas de amor si no fuesen
ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,
como las demás,
ridículas.

Las cartas de amor, si hay amor,
tienen que ser
ridículas.

Pero, al fin y al cabo,
sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor
sí que son
ridículas.

Quién me diera el tiempo en que escribía
sin darme cuenta
cartas de amor
ridículas.

La verdad es que hoy mis recuerdos
de esas cartas de amor
sí que son
ridículos.

(Todas las palabras esdrújulas,
como los sentimientos esdrújulos,
son naturalmente
ridículas).

**Heterónimo A. Campos (F. Pessoa)Versión de Miguel Ángel Flores  

3 comentarios:

  1. ¡Pues no estoy de acuerdo! ¡Ala!

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  2. Dicen que cuando vas a cascar, pasan por delante de tí las mejores imágenes de tu vida a la velocidad del sonido, las canciones que has cantado, las cartas de amor que has escrito, las formas de todos los labios que has besado, las estelas de las olas de las playas que has paseado, el ocre de los campos recorridos en otoño, los whiskyes que te apretaste con tus amigos del alma cuando hubo que sacar a Pablo del tanatorio y llevárselo a despejarse por ahí, los caretos que partiste cuando aquellos fulanos se metieron con tu churri en las fiestas del pueblo, aquellas tardes que te empeñaste que el sol no se pusiera y te atreviste a ponerte entre el astro y la línea del horizonte, con un par; todos y cada uno de los abueletes que escuchaste con infinita paciencia, y lso enanos con los que tuviste los santos cojones de jugar durante horas un domingo por la tarde.

    Dicen que cuando cascas, todo eso te pasa por delante de tí, a una velocidad de vértigo.

    Y que en ningún momento te sientes ni ridículo, ni esdrújulo.
    ...
    No tengo ninguna prisa por experimentar nada de eso.
    Pero tal vez la vida sea simplemente un cúmulo de imágenes que merecen la pena y que vamos acumulando para que cuando nos vayamos, nos pasen a la velocidad de la luz.

    Incuyendo todas las estúpidas, ridículas y maravillosas cartas de amor que algún día fuimos capaces de escribir.

    Jodidos y contentos a la vez, que ya tiene arte.

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