sábado, 12 de abril de 2014

UNA VIDA MARAVILLOSA.


Con alguna personas me sucede como con algunos libros.

Hay una literatura sobrecargada, suntuosa, artificial. Parece que no se busca más que el lucimiento personal. Es una vanidad reflejada en espejo del mismo autor. Algo así como una mujer probándose un vestido, y otro, y otro. En realidad, no busca nada. Sólo quiere gustarse a sí misma.

Esa belleza no me impresiona.

Sin embargo hay obras que me admiran por el amor y la sencillez que hay en ellas.

No me entendáis mal. Este amor del que hablo no es algo ñoño, sentimental. Es de una dureza increíble. Alguien escribió que nunca se debería escribir una sola frase que no se pudiera susurrar al oído de una persona agonizante. ¡A eso me refiero!

Hay literatura para paladares de gourmets exigentes. En fin, que la digiera quien pueda pagársela.

Yo soy lector mendigo, necesito bien poco para disfrutar de platos muy sencillos. Es lo que tiene el hambre.

Vistas así las cosas, Manu es un pequeño cuento que lees una y otra vez sin agotar su sentido.

O una canción que no te cansas de tararear. No necesita ser acompañada más que de una guitarra.

La filarmónica se la dejamos a otros.

2 comentarios:

  1. Hasta en el infierno, las chispas de lumbre son destellos dorados.
    Ayer me peto el cuerpo, el alma y los intestinos, por ese orden.
    Acabo de dormir 16 horas seguidas, las necesitaba. Parece ser que en la batalla diaria , llevo varios goles en contra.
    Acabo de despertar. Trato de acordarme como he llegado a esta situacion, y solo me acuerdo de una niña.
    Ayer, en la sala de espera del hospital, una niña extremadamente delgada lloraba junto a su desesperada madre.
    Unas treinta oersonas viendo llorar a una niña, como si fuera normal, nadie movia un dedo.
    Asi que me calente, me dirigi muy despacio a la niña, y estuve charlando con ella.
    Al cabo de un rato, sus lagrimas dejaron de fluir, y yo le estaba haciendo el truco de magia mas espectacular de todos los tiempos.
    Luego pete.
    Me llevaron a casa para que descansara.
    Y ahora, recien levantado, lo unico que veo es la cara de la niña en el preciso momento que dejo de llorar.
    ...
    Hasta en el infierno las chispas del fuego son brillantes.

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  2. Que suerte tienes tío! Y que suerte tiene Manu! Un abrazo para los dos!

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