sábado, 5 de julio de 2014

NO HAY OTRA.

Estos días la ELA comienza a dar su peor cara: ya cuesta abrir un bote de Nescafé, faltan fuerzas para triturar unas pastillas, el cuello pierde flexibilidad, los pulmones se cargan de secas y grumosas mucosidades.

La rehabilitación es diaria, y hay días de piedra, y días de diamante.

Estoy en Barcelona y le envío un wasap:

"Te quiero Manu.

No dejes de querernos mucho.

Esa es nuestra fuerza".

Y me contesta:

"A por elloooo OS QUIERO DEMASIADO A TODOS".

Al atardecer de la vida nos examinarán  del amor. No hay otra.


3 comentarios:

  1. El mandamiento de Jesús es uno solo, Manu te está dando un máster, y nosotros aprendemos de vuestra lección: amaros unos a los otros.

    ResponderEliminar
  2. Uf... se me escapan las lágrimas. Yo también os quiero mucho a los dos. Un beso

    ResponderEliminar
  3. Mi abuela, con 96 años, me dijo que sólo se arrepentía de no haber querido más y mejor.
    Un abrazo fuerte

    ResponderEliminar