Hay gente que viviría en el paraíso y no dejaría pasar mucho tiempo en que dijera “sí, pero…”. Siempre están buscando problemas que resolver.Y la verdad es que muchas veces , sencillamente, no hay poblemas que resolver.
Hay situaciones que manejar, o dejar como están, y aceptar que son parte de la condición del momento presente, hasta que cambien o se puedan gestionar.
¿Por qué convertir cualquier cosa en un problema?, ¿por qué proyectar el futuro con situaciones que no sabemos si sucederán?, ¿para qué necesitamos más problemas añadidos , cargando la cabeza de pesos absurdos de mil cosas que pueden suceder , en lugar de enfocar la atención en lo único que interesa?.
Si creas un problema, creas más dolor.
En eso hemos quedado: vamos a vivir no sólo al día, sino al instante. Todo lo demás no nos interesa para nada.
Acabo de llegar de un pais lejano y frío que se llama Noruega.
ResponderEliminarAllí el nivel de vida es muy alto, las riquezas naturales extraordinarias, la esperanza de vida longeva, el respeto a la naturaleza abrumador, y encima son altos y guapos los muy cabritos.
De ellas no diré nada, pues mi silencio será más atronador que una simple descripción.
Tan solo hubo un hecho que me hizo pensar.
Tocaban unos músicos brasileños en un local.
Puro estilo tropical. En directo.
Saqué a bailar a una camarera de ojos verdes brillantes.
Los noruegos no se movían de sus asientos, ni llevaban el ritmo con los pies, ni miraban el entreteto a nuestras chicas.
Yo, un simple obrero del sur de Europa, gobernado por idiotas, con menos futuro que la polvora el día de San Juan, con una fe construida con mondadientes y una cuenta corriente con menos recorrido que el metro de Segovia, bailé y bailé.
Al final la camarera de ojos verdes esmeralda apretó mi mano en señal de aprecio, y me sentí vivo.
Como si la vida fuera un jodido regalo que hay que aprovechar.
Suene o no suene la música.
Te guste o no te guste la canción.