Yo, que presumí y hablé con una
convicción sincera de la inmortalidad del alma, ahora tiemblo ante el dolor.
¡Y no es mi vida...¿que
sucederá cuando me toque a mi?
Tú no sueñas con tu
supervivencia...¡vaya lección!. Llegó a casa y descubro que estás
poniendo en orden todos los papeles...facturas, el banco, la
hipoteca, cuentas pendientes de ordenar...quieres dejar todo al día. Y no sólo en lo material. Imagino lo que no estoy viendo.
¡Te estoy descubriendo ahora!,¡qué
lección!
“Si el grano de trigo no muere...”
¡Me he perdido tantas cosas de ti!.
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