Es un muy buen amigo. Tiene esclerosis
múltiple desde hace casi quince años, pero vive la vida de una
manera práctica, diaria, sin complicaciones mentales.
Estos días hablamos mucho. Sabe de lo
que habla. Conoce bien al paño, y sus consejos ayudan a esponjarse y
a ese ir tirando sin esperar mucho más que lo que hoy pueda suceder.
Me cuenta que lleva en la muñeca
muchas pulseras, son esos cordeles delgados que se encuentran en
cualquier bazar. La razón de tanto pulserío es que cuando disfruta
de un día bueno, donde ha tenido un momento feliz con su familia, o
una buena velada con los amigos, o un hallazgo personal que le ha
encantado, una carrera deportiva que haya podido participar...se
coloca una cinta de esas en la muñeca para recordar en los días
malos ese momento preciso donde fue feliz.
Las mira, una a una, y conoce el motivo
y el por qué de cada una.
Podéis imaginar la macarrada de muñeca
que debe de llevar. Es su secreto, Quiero decir , que si lo ves
mañana y te lo presento , pensarás “¡vaya urco!”. Pues no
señor. El tío es un dandy.
Lleva años con la enfermedad como
compañera de viaje. Con ella se casó y, además de unirse para toda
la vida con la esclerosis, su novia le dijo que ella no era celosa y
que también quería vivir con él. Y tuvieron un hijo, más majo
que yo que me sé. ¿Está jodido?, pues sí, para que negar lo
evidente, pero vive en la normalidad del hoy.
Hace unos días participó en una
carrera y corrió cuatro kilómetros, a su ritmo, y estaba el tío
feliz.¡Otra pulsera pal macarra!.
Y yo le agradezco su cariño, sus
consejos , y esa manera de ser.
Y Manuela también.
Buena entada a tu amigo Mauricio, me acordé de él cuando empezó todo lo vuestro. A veces utilizo “gomas de pollo” a modo de pulsera … cuando me ponga una de esas, me acordaré de vosotros. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Es un gran tipo!...de los de darle el dinero para que saque el billete y el lugar de destino.
ResponderEliminarGracias por el comentario.