“Nadie echa remiendo de paño recio
en vestido viejo; de otra manera el mismo remiendo nuevo tira del
viejo, y la rotura se hace peor. Ni nadie echa vino nuevo en odres
viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y se derrama
el vino, y los odres se pierden; mas el vino nuevo en odres nuevos se
ha de echar”.
Soy un vestido viejo, y un odre viejo.
Así me formaron. Porque arrastro la vejez de otros que me enseñaron
caminos que ya fueron pisoteados durante años. No hice más que
copiar . Nada en mi es original, y todas esas enseñanzas ahora no
explican nada de lo que sucede.
Este palo que nos ha caído es una
nueva vestidura que va a desgarrar el paño viejo de mi vida pasada..
Es hora de la desnudez, de volver a
empezar. Todo me tiene que importar nada. Si quiero subir esta
montaña contigo, he de abandonar todo ropa del pasado. ¡Fuera
todo!.
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