“La
conciencia nos hace a todos cobardes”. La frase es de Hamlet.
Yo creo que es al revés: la inconciencia nos hace temerarios. Es cuando eres consciente de la gravedad de una situación , sobretodo si es inesperada y sobrevenida, que puedes reaccionar de muchas maneras. Una es la cobardía. Pero hay otras.
Yo creo que es al revés: la inconciencia nos hace temerarios. Es cuando eres consciente de la gravedad de una situación , sobretodo si es inesperada y sobrevenida, que puedes reaccionar de muchas maneras. Una es la cobardía. Pero hay otras.
Ayer
, por primera vez, hablamos de verdad y en serio del tema. Se lloró
con serenidad. Y no te vi cobarde, sino aceptando de frente la
situación. Valiente.
Comenzó
la tertulia hablando de dos amigas a las que todavía no les has
comunicado nada. Te emocionaste al hablar de ellas. Nos emocionamos.
Es
lo peor de todos estos primeros días, cuando tienes que dar una
primicia de este tipo a la gente que más quieres, y la que más te
quiere a ti. Se te hace un nudo en la garganta y desfallece el pulso
del habla y se agrieta la voz. Cuando enseñas una fotografía de un
paisaje que nadie espera. ¡Qué mal se pasa!.
Después
viene una segunda fase de silencios rumiando y haciendo algo
masticable el bolo que te han colado de sopetón y sin anestesia. Es
una fase donde el que acompaña mete mucho la pata porque quiere
hacerlo bien y hacerlo bien es estar calladito y esperar , y respetar
los tiempos del otro.
Yo
he metido mucho la gamba estos días, la verdad. Pero ya me
conoces...
En
eso estamos ahora.
Vienen
días donde puede pasar de todo, desde que aceptemos lo
irremediable, hasta que todo sea una broma pesada, un milagro, o una
declaración de rebeldía contra el mundo...
Frankl en “El
hombre en busca de sentido escribe, "El hombre es el ser que
decide lo que es". Enseña cómo el ser humano no es una cosa
más entre otras cosas; las cosas se determinan unas a otras, pero el
hombre, en última instancia, es su propio determinante. Lo que
llegue a ser, dentro de sus facultades y de su entorno, lo tiene que
conseguir por sí mismo. Cuenta Frankl que en los campos de
concentración, en aquel laboratorio humano, en aquel banco de
pruebas, era testigo a diario de que algunos camaradas actuaban como
cerdos mientras que otros se comportaban como santos.
Sé de qué madera
estás hecha, y vas a comportarte como la abadesa de la congregación
del santo dolor...(¡vaya cachondeo os estáis llevando en el Wasap
tus amigas de la planta y tú fundando la Congregación ... con
Abadesa, hermanas, novicias y postulantas!).
¡Sois grandes!
Mauricio, uno no sabe que decir en estas ocasiones...Es verdad, quizás lo mejor sea esperar y escuchar. Aunque es inevitable querer aportar activamente algo. Todo lo que se hace con amor está bien hecho.Así que no te reproches nada.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y mucho ánimo, para ella, para ti, para todos.
¡Gracias, majo!
ResponderEliminarEn eso estamos!...y tú cerca
Gracias por escribir, Mauri.
ResponderEliminarNo sólo te ayuda a ti, sino a todos los que leemos.
Jero, Corazón Gigante. Un abrazote.
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