lunes, 25 de noviembre de 2013

LUZ.

Caminando por las distintas rutas que rodean mi casa, a cada una le puse un nombre, en medio de extensas llanuras hoy acartonadas por el frío, me sorprende con frecuencia la belleza de una simple nube atravesada por los rayos del sol.

El sol la viste de colores de ensueño y de infinito, y uno la asocia a la nostalgia de una imposible belleza que buscas desde pequeño y no hay forma de encontrarla.¡Es tan fascinante una nube atravesada por el sol!

Después el sol se pone, la Tierra lo comulga en el horizonte, y la nube ya no es más que una mancha oscura.

Es cierto que el brillo de la nube era una ilusión – como el brillo de tantos amores que un día nos deslumbraron y después quedaron en nada-...¡pero no se me olvida que el resplandor del sol era verdadero!. Es importante no olvidarlo, porque si no ,confundiremos el ídolo (la nube), con la Luz...esa confusión cuando se repite muchas veces lleva a dudar hasta de la Luz misma.

Tanta decepción nos hace muy frágiles.

Entonces, no se cree en nada ni en nadie.

Sé que Manuela es sólo una nube. Yo también soy una nube...traspasada por una Luz en la que sí creo.

La Luna- tan hermosa- así vista, es una piedra iluminada por el sol.¡Luz!

3 comentarios:

  1. Un día me contaron que la luz es la sombra arrojada por Dios sobre nosotros.

    ResponderEliminar
  2. "Después el sol se pone, la Tierra lo comulga en el horizonte(...)"
    Qué buena imagen.

    ResponderEliminar
  3. Hoy te has dejado llevar por la poesía. Así quizá nuestra fragilidad sea más llevadera...
    Abrazos para los dos.

    ResponderEliminar