domingo, 10 de noviembre de 2013

UNA ORACIÓN.


"En todos nosotros hay un pedacito de incredulidad. Es necesaria una plegaria fuerte y ese rezo humilde y fuerte hace que Jesús pueda hacer el milagro. La plegaria para pedir un milagro, para pedir una acción extraordinaria debe ser una plegaria comprometida, que nos abarque a todos...No vale, yo rezo un padrenuestro y un avemaría y me olvido. No vale. La plegaria hace milagros pero tenemos que creer...el milagro no se cumple si el corazón del hombre no se abre, "no deja el control de las cosas a Jesús". (Papa Francisco)

Señor, Tú conoces mi vida y sabes mi dolor. Has visto mis ojos llorar, mi rostro entristecerse.

Mi cuerpo lleno de dolencias y mi alma traspasada por la angustia.

Lo mismo que te pasó a ti cuando, camino de la cruz, todos te abandonaron.

Hazme comprender tus sufrimientos y, con ellos, el amor que Tú nos tienes.

Y que yo también aprenda que uniendo mis dolores a los tuyos, tienen un valor redentor por mis hermanos.

Ayúdame a sufrir con amor, hasta con alegría.

Si no es posible que “pase de mí este cáliz” te pido por todos los que sufren: Por los enfermos como yo, por los pobres, los abandonados, los desvalidos, los que no tienen cariño ni comprensión y se sienten solos.

Señor, haz que estas dolencias que me aquejan me purifiquen, me hagan más humano, me transformen y me acerque más a Ti. 

Juan Pablo II
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2 comentarios:

  1. Uno lee esto y se queda pensativo. Sin ganas de gastar bromas. Feliz de que le anuncien la esperanza personas que la hacen presente.

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