martes, 11 de febrero de 2014

UN MARTES CUALQUIERA.


Fue en una casa de ejercicios espirituales cerca de Sant Sadurní.

Él era un profesor universitario, abogado de prestigio, de los que se presentan partiendo la pana y pisando moqueta.

Soltero talludito. Egoista. Conocer a un buen amigo de la prelatura le permitió arrimarse al calor de una familia de cierta alta burguesía, que le acogió y, digamos, le maquilló y le dio forma.

Quiso hablar conmigo. Estaba pasando una crisis morrocotuda, ya no tocaba pie en el mar de su vida. Sentía que todo había saltado por los aires. Probablemente, ese hombre estaba gestando una depresión que, como una niebla pastosa, le rodeaba y angustiaba.

Lloraba al hablar de los recuerdos de su vida:

“Mi madre era la persona más buena que he conocido. Mi padre, la persona más decidida. Gente decente y humilde. No eran perfectos, pero quién lo es. Lo importante es que siempre hicieron las cosas lo mejor que pudieron. Y, para mí, hacerlo lo mejor que puedes es hacer todo lo que puedes. Mi padre era taxista, un hombre cabal que le recuerdo llegando agotado a casa y acostarse tranquilo.

Llegué a avergonzarme de ellos por su condición humilde, y sus lagunas educativas.

Todo iba bien hasta que me dejó mi novia, hace un mes. Y todo mi mundo se deshizo como una pompa de jabón.

Regresé a casa de mis padres. Me preguntaba cómo habían conseguido llevar una vida estable y feliz tantos años. Nunca me habían parecido unas personas a imitar socialmente. No eran un modelo del tipo de vida que quería para mi y, ahora, comenzaba a entenderlo todo.

Le conté a mi padre la situación por la que estaba pasando, e hice la gran pregunta...

- ¿Qué habéis hecho para que todo os haya ido bien entre vosotros?

Mi padre me señaló una talla de la Virgen que hay en la entrada de casa y contestó:

- Todos los días , de madrugada, al salir de casa acaricio esta imagen y le pido que nos ayude ese día a tu madre, a ti, a mi...cuando regreso, todos los días, le doy las gracias....yo creo que esa ha sido la razón de lo que tú llamas “ir bien”.

No creo en cierto tipo de santidad, pero sí en esas vidas ejemplares, sencillas, humildes...esa gente que sabe que la mayoría de las cosas que tanto nos preocupan no suceden jamás. 

Kurt Vonnegut lo expresó estupendamente: «Los problemas reales de la vida suelen ser cosas en las que ni siquiera se nos ha ocurrido pensar, cosas que de pronto te asaltan a las cuatro de la tarde un martes cualquiera»

6 comentarios:

  1. La ilusion por lo sencillo mueve el mundo.
    Aunque estamos condenados a querer ser toreros y salir por la puerta grande con dos orejas y un rabo, aclamados por el publico, las cuentas son otras.
    Es el humilde medico de la plaza, ese al que nadie conoce, practicamente un mindungui, el que cuando el toro de la vida te empitona, te abre en canal y evita que te desangres.
    Miralo, esta a tu lado.
    Nunca sale en la foto.

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  2. Qué bueno!!! y qué difícil ser consciente cada día que lo importante es ser y no tener y tratar a las personas así... En mi cole me dijo un profesor: "te harás mayor cuando te des cuenta de que te pareces a tu padre..." y se me quedó grabado...

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  3. Genial. Una gran reflexión a hacer. Otra más.

    Buen Martes

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  4. Excelente Post Suso ... un abrazo de nuevo a los dos.

    y ... jjcaspio:

    "te harás mayor cuando te des cuenta de que te pareces a tu padre..." Muy bueno.

    A mí lo que se me quedó grabado de mi padre es cuando me decía "¡que yo también he sido niño! ...y ahora que soy padre (de dos hijas) me reconozco en mi-s padre-s. Un Saludo.

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  5. Joder, Suso, y ahora ¿cómo paro yo estas lágrimas?

    Me has hecho recordar a mi madre, a la que perdí hace 2 años. Ella lo encomendaba todo a las ánimas del purgatorio......¡¡¡¡¡ y todo salía bien !!!!!

    Gracias, Suso. ¡¡¡Grande!!!!

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