viernes, 6 de junio de 2014

NUESTRO PEOR ENEMIGO.


¿Cuál es el precio que pagamos por nuestras contradicciones? 

Hace unos días  recordaba la prensa  la final del Mundial de fútbol de 2006 cuando Zidane   fue expulsado en los últimos minutos del partido por haberle dado un cabezazo a Materazzi.

De los que vieron ese partido, pocos se acuerdan si ganó Francia o Italia. En cambio, todo el mundo que lo vio, se acuerda de ese cabezazo. ¿Cómo podía ser que un jugador profesional, un caballero , cometiera una falta tan importante en el mejor momento de su carrera? 

Sin embargo, es esto lo que hacemos a diario todos. Lo hacemos cuando saboteamos nuestros objetivos. Como si fuéramos nuestros propios enemigos. Son esas cosas que, decimos, ocurren “sin pensar”: Son las emociones. Y cómo las gestionamos. 

Vienen días donde no quiero entrar en contradicción conmigo mismo respecto a Manuela : hay que estar más cerca. Tengo que volver a cambiar, otra vez.

4 comentarios:

  1. Bueno, no es cambiar, es tomar el volante con fuerza porque la carretera está llena de baches y el coche pierde un poco la dirección. Si tienes buenos copilotos siempre es más fácil. Aquí estamso. Un abrazo

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  2. Mucho ánimo, Suso

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