sábado, 23 de agosto de 2014

POLIZÓN.

La enfermedad me ha hecho, de un modo imprevisible, emigrante del mundo que habito.

Mi tiempo, el de los dos, es diferente al de la gente que nos rodea. Y el mío al suyo, y el suyo al de los demás.

Ahora estoy aquí de polizón de un barco que se dirige, parece, a la última playa , que cruza el mar como el tachón en el  cuaderno de una niña que reirá porque ya no tiene miedo.

¿Y yo?...¡si no sé nadar!

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