sábado, 30 de agosto de 2014

UN SENTIDO NUEVO.


Hay cosas, acontecimientos, palabras que oyes y que no te dicen nada. Pero en otra situación, esa misma palabra… ¡joder!, te cambia la vida. 

Paseo por la Antigua , en Valladolid, de allí callejeo hasta San Pablo, y me pierdo por un callejón cerca del  museo de escultura y, derepente sientes que estás en uno de los lugares más bonitos del mundo. 

Podrías estar en el País de las Maravillas y para ti sería lo mismo. Hasta que un día, por casualidad, porque se te cae algo al suelo, al incorporarte ves una estatua, un rincón , una fachada. Y te quedas maravillado. 

Esto es todavía más aplicable a las palabras. A los veinte años, a los treinta, a los cincuenta, puedes oír a quien sea diciéndote lo que sea, te da igual. Y, derrepenete, depronoto, descubres un sentido nuevo a la letra de una canción, es un hallazgo, como una luz nueva que le da brillo a todo.

Con el amor sucede algo parecido, si es de quilates. Parece que ya está todo dicho, todo visto, todo rutina y costumbre...¡y aparece otra Manuela! , ¡  distinta, nueva, imprevisible!

Mi padre era un sabio. Con frecuencia se extasiaba ante un paisaje, o un detalle nimio. Una mañana , durante una excursión me llamó la atención  sobre una mariquita. La puso en la palma de la mano y me hizo observar su belleza.

A mi aquello me parecía un coñazo. Yo sólo quería que aquel hombre me dejara en paz, y escapar de su sombra para echar un cigarro

Hoy veo una mariquita  sobre una brizna de hierba, y entiendo muy bien a mi padre: me siento parte de ese mundo maravilloso.

2 comentarios:

  1. Ayer ande y ande por la playa.
    Cuando hube andado trote un rato.
    Trotar, quien se conforma con ello ?
    Sin querer ya estaba corriendo.
    Llegue al pueblo de al lado y me encontre con una exibicion de acrobacia aerea.
    Una treintena de valientes pilotos competian entre si para pillar la mejor termica y ascender sobre la bahia.
    Ascendian en circulos muy abiertos, y cuando llegaban a las conchinchinas celestes, se dejaban caer en un picado espectacular.
    Iban directos contra las olas, como si el subidon de adrenalina las alimentara.
    Y de pronto, cuando mejor les parecia, tiraban de la palanca hacia detras, y sacando flaps, descendian sobre la mar oceana.
    ...
    Soy mas torpe que una rueda cuadrada.
    Lo que me ha costado ver que esas gaviotas rezan.
    Simplemente alaban al Credor.

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