martes, 17 de diciembre de 2013

UNA NIÑA.


El propósito de la vida es el crecimiento del alma. Es muy frecuente que vivamos tan despistados que no estemos por esa labor. 

Nos importa más ganar dinero para poder pagar las hipotecas, vestirnos, educar a nuestros hijos, ir de vacaciones, pero la medida de la sanación no es el cuerpo, sino la paz.

Un día la enfermedad nos pone en nuestro sitio, o no...podemos rebelarnos, buscar la curación de mil modos, rezar pidiendo un milagro, acudir a decenas de terapias. 

Y estaremos lejos de lo fundamental: la paz interior.

Y esa paz llega- lo sé porque lo estoy viendo- de la mano de la niñez. 

Lo que más sorprende contemplando un enfermo que acepta su estado es comprobar como, poco a poco, se descubre un niño.

Hoy Manuela es una niña.

3 comentarios:

  1. Me gustaria escribir un buen cuento para la niña Manuela.
    Pero lo unico que puedo decir hoy es que ayer, en la sala de espera del hospital, donde aguardaba con una panda de padres la hora de paseo de las pacientes, un enano armo la gorda.
    Se escabullo del control parental, salto desde una altura increible al suelo, dejo sentado a uno, dos, tres seguratas del control de acceso, accedio a la zona prohibida, regateo a uno, dos, tres ateeses fornidos, paso por debajo de las faldas de la enfermera jefe, accedio libre a la habitacion de su hermana, y tras tomar impulso ascendio a sus brazos donde se fundio en oro y en plata.
    Tendria seis años.
    Me parecio un gigante.
    ...
    Tras ser detenido por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, elevo sus dedos indice y corazon de la mano derecha.
    Haciendo la uve de victoria.

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  2. Buenos días Mauricio: grande debe ser Manuela, e inmensa nos la haces con tus intensas y profundas miradas. Me has emocionado. Gracias, de nuevo. A los dos.

    Diego, puedo imaginar a ese gigante de 6 años en lo grande que será con 8. Qué maravilla!!!!!!!!

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