miércoles, 25 de junio de 2014

LA FE DE MANU.


Manu  ha puesto en  casa , en un rincón de la estantería, una vela encendida junto a una figura de un Niño Jesús.


Nunca hemos hablado de ello. Siempre nos hemos respetado en estas cosas de la fe. Ella tiene su manera de vivirla, totalmente diferente a las que yo estoy formado. No es mujer practicante, y sus manifestaciones no son como las mías, muy de cara afuera.

Pero a la hora de la verdad, la de los hechos, me da mil vueltas.

Leo a Benedicto XVI:

«La oración no ha de ser una exhibición ante los hombres; requiere esa discreción que es esencial en una relación de amor. [...] El amor de Dios por cada uno de nosotros es totalmente personal y lleva en sí ese misterio de lo que es único y no se puede divulgar ante los hombres». 

¡Gran verdad!. Detrás de modos “exhibicionistas” de oración - que son los míos - está el peligro de no respetar al otro. Hay sociedades religiosas donde la palabra intimidad no se valora, o se confunde: cuando uno fagocita al otro, creyendo en su voracidad que eso es amor, cuando uno coloca su vaso cubriendo la vela encendida, y piensa que tiene todo el derecho del mundo a saberlo todo del otro, a controlar su vida, a evitarle las resistencias: ¡ te he llevado a la oración!,¡rezo por ti!

Hay bastante de histeria en esa fe. 

Las intimidades que cada persona guarda en lo más profundo de su modo de ser y pensar – y que no tenemos derecho a conocer – no tienen porqué hacerse públicas. 

Porque esas intimidades a ojos extraños son cursis, o estúpidas, o ridículas, o no se entienden. Son las razones, a veces sólo intuidas, de nuestros amores, de nuestras corazonadas, de muchas cosas que no acertamos siquiera a nombrar, y que se alimentan de afectos muy personales, o de miedos. ¡ De tantas cosas !.

Y que sólo pertenecen a cada uno y a aquél a quien yo quiera compartir.

Por allí va la fe de Manu: para llegar a Dios hay tantos caminos como personas.

Dios sólo sabe contar hasta uno. 

5 comentarios:

  1. Potente y profunda esta entrada.
    Seguimos cerca.

    ResponderEliminar
  2. Todo esto me parece precioso. Un abrazo muy fuerte para los dos.

    ResponderEliminar
  3. Dios solo sabe contar hasta uno.
    Su siguiente número es infinito.

    ResponderEliminar
  4. Por favor, Dios, ayuda a Manu!

    ResponderEliminar
  5. "no tengo nada en contra de Dios o Jesús, los que me incomodan son sus clubs de fans" Si, tantos caminos como personas

    ResponderEliminar