domingo, 22 de junio de 2014

UNA HISTORIA.


A veces voy como una moto con esto de la ELA.

Estoy tenso, muy tenso, y basta que alguien toque la tecla que no debe, para que todo salte por los aires. Y ese alguien lo paga.

Hace unos días, después de darle vueltas y más vueltas a una oferta, me dijeron que debía hablar con el padre Tal, que era el decisor que abría, o no, la entrada al centro.

La situación era: el colegio quería la oferta, el convento no. La decisión era de los frailes, titulares del centro. La oferta era beneficiosa en todos los sentidos para los dos colectivos.

El hombre me escuchó- conocía bien la oferta-, y me emplazó a otra reunión con varios de la comunidad. Por él no había ningún problema.

Algo me dijo que a ese hombre le importaba un comino el tema, y me había dado largas. En el convento los egos de los curas estaban muy enfrentados, algunas sobrinas trabajaban en la cocina y limpieza, y embarraban el campo.

No me convocaba a la reunión, así que le llame yo al cabo de un tiempo.

- ¿Está el padre Tal?- pregunto a la de recepción.

- Un momento por favor.

Después de unos segundos de espera escucho al padre Tal con voz bastante enfadada:

- Oye, dile que no estoy...¿me oyes,? ¡que le digas que no estoy!...oye, ¿me oyes?

El que oía era yo,no la de recepción.

- Sí, le escucho, padre.

Silencio. Corte que te pego, que  dicen los niños.

- Es que...es que ahora no puedo - se excusa con cierta perplejidad.

- No se preocupe, le llamaré en otro momento.

Por la tarde le escribí un correo animándole a decir la verdad sobra le oferta y a no hacer perder el tiempo a unos y a otros. Bastante suave para lo que tenía pensado contestar.

Y me contesta a vuelta de correo, tres días más tarde.

Estimado señor Suso:
Siento lo sucedido, pero si yo le dije a la recepcionista "Dile que no estoy" lo que quería decir es que estaba ocupado en aquel momento, y estaba con otra persona y no podía atenderle. 

Yo no había quedado con usted en una cita a no ser que necesitara aclarar algo.

El Consejo no cree oportuno en este momento el contratar los servicios de gestión en el comedor. 

No obsta para que si en otro momento cambiamos de opinión contar con su oferta y las de las otras empresas que nos lo han ofrecido. 

Bien, me había tocado la tecla. No sé si es que acumulo mucha tensión estos días, que a veces me liaría a tortazos con todo quisqui, que me da todo igual porque intuyo un cruce de caminos que me va a dejar con el barco en las piedras...

Le escribí: 

Muchas gracias por contestar.

Me hace gracia la disculpa. Eso de  “pero si yo le dije a la recepcionista "Dile que no estoy" lo que quería decir es que estaba ocupado en aquel momento, y estaba con otra persona y no podía atenderle”. 

En fin, en mi pueblo “dile que no estoy”, cuando sí que estás,  es mentir. Así de sencillo.

Usted sí que quedó conmigo, y con mi director comercial, que nos llamaría para concertar una entrevista con algunas personas del convento para hablar de la oferta.

Del mismo modo que cuando contesta “dile que no estoy” cuando sí está, tampoco me creo que “El Consejo no cree oportuno en este momento el contratar los servicios de gestión en el comedor”. 

Me temo que el Consejo no sabe nada de este asunto.

En fin, siempre se ha dicho: no hagas tratos con malas personas.

Se me escapan las razones por ni hacer, ni dejar hacer a la hora de estudiar esta oferta. Supongo que serán pequeñeces de egos atravesados.

No hay cosas sin interés, sólo personas incapaces de interesarse.

No lo dude, ustedes están entre las segundas.

Gracias.

2 comentarios:

  1. y lo a gusto que te quedarías....... En mi opinión, hiciste pero que muy bien, ya se pensará (o no) este señor hacer las cosas mejor.

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