martes, 19 de agosto de 2014

ADOCTRINAR.

Lo descubrí gracias a Manuela, y fue un hallazgo.

Un día me comentó qué necesidad tenía yo de juzgar a la gente.

- Siempre estás con que si esta persona es así, asá, le pasa esto, o lo otro, es feliz, o se entera , o no se entera.

Y era cierto. Tenía una segunda naturaleza allá dentro, fruto de muchos años de meterme en la vida de los demás.

Cuesta mucho desprenderse de ese hábito, peor que el de fumar.

Vivía en el adoctrinamiento.

Lo que yo, estupidamente, creía que era "formación", o falta de ella, en realidad era "adoctrinamiento". El error es pensar que si quieres a alguien le debes adoctrinar.

Pues no señor: si quieres a una persona, respétala , déjale en paz, y provócale para que piense por sí misma, sin darle un catecismo, un vademecum, o un prontuario.


2 comentarios:

  1. Cuanta razón tienes; se sale de ahí juzgando a todo el mundo. La vida te enseña que no se puede juzgar a nadie y así se vive mejor, mucho mejor. Un abrazo con todo mi cariño.

    ResponderEliminar
  2. A mi tambien me costó mucho quitarme ese habito, por no decir defecto... De vez en cuando asoma de nuevo, pero ya es otra cosa... La vida te enseña que suficiente tenemos con nosotros mismos...
    Lo peor de juzgar, en mi humilde opinion, es que te crees que las cosas solo son del modo en que tu crees que son y eso, con todo el respeto, es de mentes muy limitaditas...

    ResponderEliminar