domingo, 22 de septiembre de 2013

MADRUGADA.


Me he pasado años de mi vida dando consejos sobre como vivir, como trabajar, como enamorarse, como rezar, como morir, como sobrellevar la enfermedad y el dolor...que si la fe, que si Jesucristo, que si patatín que si patatán.

Y ahora me toca a mi. Y nada de lo que enseñé me sirve ahora. ¡Cuesta creer en algo!. Estoy aturdido, perplejo, desorientado. Deambulo en el desvarío por las calles en caminatas madrugadoras donde voy diciendo en voz alta “¡joder,”¡joder!”, “¡joder!.

Esa es mi jaculatoria.

He acompañado el dolor de otros, alguno muy de cerca...¿qué diferencia hay con la situación de hoy?. El amor. Yo no estaba enamorado de Jaume, ni de Andreu... ni siquiera de mi padre. Era otro tipo de afecto. Este duele mucho y muy dentro.

Miro un crucifijo que llevo en el coche. Está sordo. No entiendo nada. No sé qué hacer, ni qué rezar, ni si todo esto servirá para algo.

Y cara afuera, aquí me tenéis, con la mejor de mis sonrisas...como un payaso de mi mismo.

6 comentarios: