viernes, 4 de octubre de 2013

LA CUESTA


Cada uno expresa su dolor como puede. Cada uno es como es.

No quiero parecer desagradecido, no lo soy, pero entiendo mi dolor de una manera, no sé como explicarlo, muy mía.

El blog me ayuda a contar un proceso que estoy viviendo, lo escribo para mi, y para todo aquel que pueda ayudarle. No hay pudor. Aquí están mis dudas, mis miedos, mis tentaciones, mis blasfemias, mis oraciones...¡todo!.

Escribo desde muy lejos, y desde muy dentro.

Sin embargo, no necesito compartir estas mismas sensaciones a nadie cercano. El buey solo bien se lame. En la distancia corta no busco la compañía. Quiero estar solo con mis cosas porque no necesito , de momento, ese tipo de compañía. Esa es la razón de que no te llame a ti, seas quien seas, o de que diga cualquier escusa para eludir la cita desinteresada de un amigo que me ofrece su compañía. . Me dices – me refiero a un tú que puede ser cualquiera que me lea- que yo también necesitaré un hombro donde apoyarme, una oreja de guardia, que debo de estar con una presión que por algún lado tendrá que desahogarse.

Lo entiendo, y lo agradezco. Pero no es eso lo que hoy necesito.

No sé....rumio esta situación, tan personal, que no esperábamos. Quiero estar solo de vez en cuando. ¡Ha venido todo tan de sopetón!

Es como a Simón de Cirene, que pasaba por allí- no estaba mirando el espectáculo de un Jesús con la cruz a cuestas- y de repente un soldado le dice, “tú, ayuda a éste a llevar la cruz que a este paso no llegamos ni de coña. ¡Venga, coño!”.

Fue “forzado”, dice el evangelio.

Imagino el cabreo del tío. “¡Su puta madre!”- pensaría- ¿pero por qué cojones habré venido por aquí?”.

Y allí estaba el tío, en medio de un follón que a él ni le iba ni le venía.

Y a mi, no sé qué hijo de la gran puta me fuerza a que acompañe a llevar la cruz de Manu, a comerme un marrón inesperado.

Pero bueno, ya que estamos, subiremos hasta arriba la cuesta.

5 comentarios:

  1. Estar leyéndote en una página web me está levantando el ánimo, tras pasar el via-crucis por el que me han hecho pasar.
    Te agradezco tu maravillosa simpatía y gracia.
    Aparte, estoy convencida que te conozco, tras mi paso por Barcelona y Sevilla.
    María.

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  2. pues eso, será como tu quieres que sea, faltaría más. Estoy convencida que el día que necesites algo más presencial, no te faltaran hombros ni oídos.

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  3. Gracias por explicarlo; para los que te leemos, es ya una forma de estar ahí. Que "sepis" que nos tienes a tu lado.Un fuerte abrazo!

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