domingo, 23 de marzo de 2014

NO ME GUSTA LO QUE VEO.

Entro en una cafetería.

Está la televisión encendida, sin el sonoro puesto.

Las imágenes se suceden unas a otras, como si abrieses un desordenado armario repleto de cosas absurdas, que no tienen sentido, y caen sobre ti en un caos que no sabes como recoger.

Un anuncio de perfumes que hace del sexo algo hortera , vulgar, lúbrico...unos negritos que han sido encontrados muertos en una patera a la deriva...un desfile de moda (¿por qué andan tan raro esas chicas?)...la Culobién de Valenciano con ese gesto achulado y en la nausea que le produce la derecha...otra mujer asesinada a manos de la pareja de turno, que se suicida...el idiota de Floriano declarando memeces...Mas otra vez amenazando...Fernández Díaz en el vómito de sí mismo, este hombre no se soporta en su conciencia atormentada...

En el bar nadie atiende la televisión, que sigue proyectando anuncios, noticias, y autoproducciones de la cadena, todas calcadas a otras de la competencia.

Voces, tintineos de cucharillas, miradas legañosas. La vida de mierda que llevamos, insensible a todo, como alcohólicos con un umbral de tolerancia etílica impermeable hasta la décima copa. Cuando ya estás borracho de tanta imagen, de todas las mentiras que ni siquiera oyes, y tampoco ves.

No me gusta lo que veo.

Sólo quiero llegar a casa y estarme contigo.

En Matilla,  en la matanza.


2 comentarios:

  1. En mi pueblo político seguimos con la matanza también... De Floriano, un solo dato: dos comidas con el en las que no se ha podido hablar ni una palabra sería, como es posible que alguien tan corto este donde esta? Increíble pero cierto.

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  2. Es que no es sólo Floriano, los dos partidos mayoritarios tienen en sus cúpulas un genuino muestrario de tipos y tipas que no se sabe como han podido llegar hasta allí.

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